BAHÍA BLANCA.- El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, dijo que en los últimos 10 años el trigo ha tenido una ganancia histórica y que el país vive un modelo de producción y de inserción histórico.

El funcionario formuló estos conceptos junto al secretario de Emergencia Agropecuaria, Haroldo Lebed, y a los intendentes de Bahía Blanca, Cristian Breitenstein; Coronel Rosales, Hugo Starc, Monte Hermoso, Alejandro Dichiara, Tornquist, Gustavo Trankels, y General Lamadrid, Juan Carlos Pellita.

Domínguez participó en el Palacio Municipal de Bahía Blanca de un acto con agrupaciones políticas y organizaciones sindicales.

"Yo aspiro a ser el ministro que pueda colocar a la Argentina en el escenario mundial de los alimentos, de la participación económica y de un crecimiento sin precedentes", afirmó Domínguez.

"Como yo quiero ser parte de la solución, vengo a rendir cuentas de lo que hice y me parece que no contribuye en nada que transmita una opinión política sobre las características de los dirigentes gremiales", agregó el ministro.

Sin embargo, sobre la naturaleza del paro dijo: "muchos me preguntan si es político y les respondo como respondemos los gringos del campo: si tiene cabeza de chancho, cuerpo de chancho, patas de chancho y cola, y hace cuchi cuchi, póngale la firma que es un chancho".

Domínguez explicó que la gremial agropecuaria le pidió la liberación del saldo exportable y el segundo día de la segunda semana de enero el Gobierno dispuso la apertura de todo el saldo exportable. "Le pedimos a la molinería que compre 2 millones y medio de toneladas para generar movimiento en el mercado interno; se nos pidió una tasa cero para que el productor no quede a la deriva y el que quiera retener el trigo lo pueda hacer de manera tal que no sea rehén de la presión ni de los acopios, exportadoras y que pueda proteger su principal valor que es el trigo", dijo.

Para Domínguez la discusión es por la captación del precio. "Quienes conocen el mercado saben que históricamente en diciembre, enero y febrero son meses en los que todos los productores quieren vender, lo que naturalmente pasa y es una regla de la economía. Por eso salí a plantear hace más de 30 días que la molinería tenía que garantizar el precio del fas teórico", señaló. Afirmó también que cuando se liberó en forma total el saldo exportable se dijo no al cese de comercialización. "Me cuesta entenderlo; no forma parte de ningún manual de negociación gremial. Al menos hubieran esperado y hubiésemos contribuido a la posibilidad que el mercado se fuera normalizando", expresó. (Télam)