Si la sesión de la Cámara de Diputados del miércoles pasado terminó envuelta en denuncias de presiones políticas e intentos de coimas, y con fuertes enfrentamientos entre oficialistas y opositores, la reunión convocada para mañana se preanuncia tensa y con fuertes polémicas.
El presidente del cuerpo, el kirchnerista Eduardo Fellner, hizo lugar al planteo del titular del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, para retomar mañana el debate del Presupuesto 2011, a las 10.30, en una sesión especial.
Pero la comisión de Labor Parlamentaria debe reunirse hoy para acordar detalles del plenario, en un encuentro que varios observadores aseguran que estará plegada de rispideces.
En tanto, la titular de Asuntos Constitucionales, Graciela Camaño (peronista anti "K"), convocó para las 11.30 del mismo día a una reunión (ver "Habrá...").
Cabe recordar que en la última sesión la iniciativa fue reenviada a Presupuesto y Hacienda a instancia de los opositores. Aquí se planteará la primera polémica. Todo parece indicar que "el oficialismo irá por todo", es decir que presionará con fuerza para lograr sancionar la "ley de leyes".
Caso contrario, se prorrogará la vigencia del Presupuesto 2010. Los analistas se preguntan si "el oficialismo quiere, realmente, sancionar el Presupuesto 2010", o "lograr que fracase la sesión de mañana y tener más discrecionalidad para manejar los fondos".
Bancas vacías
Con el argumento de que en el recinto se votó el miércoles el "pase a comisión del proyecto", el grueso de la oposición se niega a sentarse en sus bancas mañana para dar quórum. Esta posición sería sostenida por el Peronismo Federal, GEN, la Coalición Cívica, el socialismo y Proyecto Sur, que la semana pasada hicieron todo lo contrario, ya que ayudaron al oficialismo a tener quórum para abrir el debate. La UCR decidiría hoy su posición, pero por lo pronto el partido rechazó la convocatoria de Fellner.
Mientras tanto, el bloque del PRO que preside Federico Pinedo, se reunirá hoy con el líder del partido, Mauricio Macri, para definir que harán: facilitar o no el quórum, y votar a favor o en contra del Gobierno.
Por todo ello, el quórum volverá a ser mañana un factor decisivo, por lo que el kirchnerismo deberá garantizar la presencia de los diputados necesarios. En cuestiones reglamentarias, el oficialismo interpreta que los dictámenes no cayeron. Sin embargo, desde la oposición afirman que sí han caído y que Presupuesto debería volver a dictaminarse. Para tratar de nuevo en una sesión especial el mismo proyecto, sin dictamen, la Cámara Baja se "debe poner en comisión". Para ello, el oficialismo necesita los dos tercios de los votos (sobre 257 diputados) a favor. Es decir, 172 adhesiones: un número imposible de lograr sin los opositores.
"El reglamento que establece que cuando el proyecto vuelve a comisión por decisión del cuerpo, los dictámenes caigan", explicaron desde Información Parlamentaria. Además, aclararon que "no necesitan los 2/3 para iniciar la sesión, sino que es una nueva sesión", por lo que el bloque "K" necesitaría sentar a 129 diputados. Ese será el principal reto de los operadores del oficialismo.