Con sus atajadas, el capitán Casillas fue una pieza clave. Con su gol, Iniesta definió el partido. Ambos son símbolos de España, el nuevo y merecido campeón del mundo. La final se definió en tiempo suplementario, por 1 a 0, y coronó al mejor equipo del torneo. Los holandeses pegaron mucho y se olvidaron de jugar.