El herpes labial, que se transmite a través del beso de persona a persona es causado por el virus herpes simplex tipo 1. También se puede contagiar a través de objetos contaminados (vasos, utensilios) y de toallas o lápices de labio, por eso hay que evitar su uso compartido. Se estima que en el mundo un 80% de la población padece algún tipo de infección herpética.
El herpes no tiene cura. Una vez que se contrae el virus este permanece en las células nerviosas -generalmente debajo de la piel- donde puede mantenerse latente o inactivo por muchos años o de por vida. Cuando la infección se reactiva el virus se traslada a la piel y a las mucosas y aparecen los conocidos síntomas. "No sabe con certeza los mecanismos que producen los brotes, pero sí que ocurren en forma espontánea y están asociados al estrés físico o emocional, inmunosupresión y exposición a la luz ultravioleta", explica el especialista José Mássimo, secretario científico de la Asociación Argentina de Dermatología Pediátrica.
El estrés, la fiebre causada por una enfermedad infecciosa y la menstruación son, entre otros factores, los que precipitan la repetición. Es común sufrir un brote cuando se cambia de trabajo, se muda, se sufre una separación o se pierde un ser querido. Otros causantes de los brotes repetidos de herpes son el frío intenso y la exposición al sol, tanto en verano como en invierno.
Es difícil la prevención de la infección por herpes, pero hay medidas para minimizar los brotes: reducir las situaciones de estrés, lavarse las manos durante una exacerbación de la infección. La higiene puede eliminar el riesgo de propagar la infección hacia otras áreas del cuerpo como, por ejemplo, los ojos", señala Mássimo.
En el Primer Congreso Iberolatinoamericano de Dermatología Pediátrica se presentó un lápiz electrónico alemán que actúa por generación de calor. Al aplicarse en la zona del futuro brote ante los primeros síntomas que preceden a la erupción (sensación de hormigueo, ardor y prurito) inhibe la replicación viral abortando el brote de herpes y el desarrollo de las vesículas, controlando la diseminación de la infección.