El Documento Nacional de Identidad abre las puertas al voto, a la escuela y a la atención médica e integra al ciudadano en el sistema jurídico y social. La importancia de este certificado no aparece reflejada en el Registro Civil, cuyas sedes y planteles presentan antiguas y evidentes falencias como sucede en la Villa Luján que desde hace tres años aguarda una remodelación. En la sede de Concepción, seis empleados atienden diariamente a unas 300 personas.

Por otro lado, el Estado intenta auxiliar a los tucumanos que nunca tuvieron DNI y ha logrado que 500 chicos se inscribieran en el Registro. La burocracia y la precariedad hacen sinuoso el acceso al DNI, amenazando el goce universal del derecho a la identidad.