WASHINGTON, Estados Unidos.- El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, fue increpado por un grupo de manifestantes mientras cenaba en un restaurante en Washington, el miércoles.
“Tenemos un invitado especial y queremos hacer un brindis. Un aplauso para el hombre que está cenando con tranquilidad mientras personas pasan hambre en todo el mundo a causa de sus sanciones”, dijo una mujer identificada por los medios locales como Olivia DiNucci, activista de la organización feminista Codepink.
El funcionario, con una copa en la mano haciendo un gesto de brindis, en el restaurante Reveler’s Hour del barrio de Adams Morgans, al noroeste de la capital norteamericana. “Son ignorantes y no saben lo ignorantes que son”, afirmó.
“Usted es responsable de la muerte de 600.000 personas al año a causa de las sanciones, que son una guerra económica”, contraatacó DiNucci.
Como secretario del Tesoro, Bessent tiene bajo su responsabilidad la aplicación de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, así como la supervisión de la regulación financiera del Estado y la interacción de Washington con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Sanciones a Rusia
Más notoriamente y a pedido del presidente norteamericano, Donald Trump, Bessent ha impuesto sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania -en particular a sus dos mayores empresas petroleras, Rosneft y Lukoil- y contra empresas e individuos vinculados con grupos criminales como el Cártel de Sinaloa y el Tren de Aragua.
“¿Cuántas personas van a morir a causa de la sangre que tiene en las manos?”, continuó la manifestante después de la respuesta del funcionario. “La sangre está en sus manos, debería avergonzarse”, agregó un segundo manifestante mientras Bessent parecía quejarse de la situación con los empleados del restaurante.
Informe de un economista revela cómo la operatoria de Scott Bessent generó ganancias para EEUU mediante el swapBessent abandonó el establecimiento poco después, “porque el dueño del restaurante se negó a respetar a los demás comensales y a retirar a la provocadora”. “Además, la comida era horrible”, agregó. En cambio, la manifestante contó que Bessent estaba tan incómodo “que simplemente se retiró del restaurante”.
No es la primera vez que el funcionario recibe abucheos en público. El mes pasado, Bessent pareció grabar imágenes de manifestantes que le gritaban a él y a otros comensales mientras entraban a otro restaurante local, Butterworth’s, cerca del Capitolio norteamericano.