Cuando parecía que la carrera tenía un favorito claro y que Leandro Gracián se encaminaba a convertirse en el nuevo entrenador de San Martín, un giro inesperado volvió a agitar la incertidumbre en La Ciudadela. Durante los últimos días, el “Tano” había quedado como la opción más firme luego de varias semanas de análisis y comparaciones entre distintos proyectos. Su perfil, su campaña reciente y su estructura de trabajo habían generado consenso en la dirigencia y en Facundo Pérez Castro, al punto de que muchos daban por hecho que el anuncio sería inminente. Sin embargo, en el tramo final de la definición apareció una alternativa que generó dudas. “Es un proyecto muy interesante, y a un costo mucho menor. Un DT que la última temporada dirigió en Primera”, reconoció a LA GACETA un dirigente “santo”, lo que volvió a abrir el juego en un proceso que se creía resuelto.

La aparición de este segundo proyecto (cuyo nombre se mantiene en reserva) encontró a la CD en pleno armado del presupuesto 2026 y en busca de un modelo de gestión más eficiente. El impacto económico, sumado a la proyección deportiva propuesta, obligó a revisar nuevamente las carpetas en evaluación. De todos modos, nadie descarta que Gracián continúe siendo el principal candidato, aunque ya no con la comodidad de hace apenas 48 horas. “Queremos cerrar este tema antes de este sábado. Nos urge tener el entrenador confirmado para poder avanzar en otros aspectos”, insistió la misma fuente consultada.

ALTERNATIVA. Un agente acercó el nombre de Romagnoli; sin embago,

Mientras tanto, en medio de los idas y vueltas, surgió un tercer nombre que sorprendió a todos: Leandro Romagnoli. El ex volante de San Lorenzo viene de un paso complejo por San Martín de San Juan, en donde sufrió el descenso en la última temporada. Su perfil generó reparos inmediatos. Según pudo saber este medio, algunas referencias llegadas desde Cuyo no fueron positivas y el consenso interno alrededor de su figura es, por ahora, limitado.

Los números de Gracián lo sitúan entre los candidatos

Hasta antes de este nuevo escenario, todo parecía encaminado hacia la llegada de Gracián, cuya labor reciente había convencido a los dirigentes. El técnico llevó a Deportivo Madryn a disputar instancias decisivas en dos temporadas consecutivas y quedó a un paso del ascenso en ambos campeonatos. Sus números refuerzan ese valor: 76 partidos dirigidos con 37 victorias, 25 empates y apenas 14 derrotas. Su propuesta de juego (intensidad, presión alta, laterales proyectados y transición rápida) había sido bien recibida en Bolívar y Pellegrini, donde se buscaba justamente un equipo con mayor vigor competitivo.

Además, su plan de trabajo incluía un ordenamiento profundo de la pretemporada, la reestructuración del plantel y un esquema de refuerzos con jugadores de experiencia.

Esa combinación lo ubicaba como el candidato ideal, por encima de otras alternativas evaluadas previamente, como Walter Otta, Omar De Felippe (gustaba, pero sus pretensiones económicas estaban muy por encima de lo que San Martín podía pagar) Gustavo Coleoni y Pablo De Muner.

Sin embargo, la competencia todavía no ha terminado. Entre un proyecto atractivo por su costo, un candidato que pierde firmeza, pero que sigue estando entre los preferidos y otro que genera, por ahora, más dudas que certezas, San Martín transita horas de definiciones críticas. El objetivo es cerrar cuanto antes para evitar que la planificación del 2026 siga demorada. Y aunque el final parecía escrito, ahora todo vuelve a estar en discusión.