El impuesto inflacionario puede llegar a bajar 2,6 puntos porcentuales del PBI durante este año, constituyéndose en la principal baja impositiva, seguida en segundo lugar por el impuesto PAIS. Así lo destaca un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf). El impuesto inflacionario es la pérdida de poder adquisitivo del dinero líquido que poseen los agentes económicos, entre ellos los consumidores y las empresas. La base imponible del impuesto es la cantidad de dinero líquido, usualmente medido a través del agregado monetario M2 privado, y la alícuota es la tasa de inflación del período que se quiera analizar. El Banco Central tiene la potestad de emitir dinero, lo que, a través de la generación de inflación, termina derivando en una pérdida real para los tenedores de pesos y activos líquidos (circulante y depósitos a la vista). Este impuesto no solamente puede beneficiar al Estado, sino también a los bancos, que, al crear dinero secundario, también pueden verse beneficiados por los pasivos líquidos que tengan con sus clientes.
Según el Iaraf, desde 2017 (2,2% del PBI) en adelante, aquel impuesto inflacionario fue creciendo, hasta llegar a máximos en 2023 (4,8%) y 2024 (4,7%). Ante la baja de inflación promedio de este 2025, resulta interesante cuantificar lo que puede ser la recaudación del impuesto inflacionario en el año. En efecto, para proyectarla es indispensable contar con supuestos del M2 privado y de la inflación esperada para el último mes del año.
Dada una baja de la inflación promedio anual desde el 220% en 2024 al 42% en 2025 y un aumento de M2 privado equivalente a 0,3 puntos porcentuales del PBI entre ambos años, la recaudación del impuesto inflacionario puede llegar a bajar 2,6 puntos porcentuales del PBI durante 2025, terminando el año en 2,1% del PBI, calcula el Iaraf.
En base a la inflación proyectada en el último Relevamiento de Expectativas del Mercado, elaborado por el BCRA, la inflación promedio podría descender desde el 42% en 2025 al 24% en 2026. “Si se utiliza como supuesto un M2 privado constante en términos del PBI, el impuesto inflacionario podría ser equivalente a 1,4% del PBI, descendiendo 0,7 punto del PBI respecto de este año”, concluye el instituto.