Mientras Marcelo Gallardo volvió a elegir el silencio tras el 2-0 ante Boca, la voz más fuerte en el vestuario de River fue la de Juan Fernando Quintero. El colombiano enfrentó a los micrófonos en una zona mixta cargada de tensión y terminó envuelto en un cruce con un periodista que lo acusó de “no dejar la piel” dentro de la cancha.
“Yo defiendo a mis compañeros, a un escudo grandísimo. He hecho historia con este club y nadie puede olvidarlo. Es cierto que vivimos un momento muy difícil, pero tampoco vamos a darle de comer a cosas que no importan”, expresó el mediocampista, visiblemente molesto, cuando le pidieron argumentos futbolísticos para justificar una posible clasificación a la Copa Libertadores o un futuro título.
El diálogo subió de tono cuando Quintero identificó al periodista que le había hecho una pregunta similar semanas atrás. “Tú haces preguntas muy especiales”, le lanzó. “Si yo le digo a tu jefe cómo trabajas tú, ¿qué dices? Me parece que no eres profesional por esta situación. Cada uno tiene su profesión, se respeta. Nadie pone en duda tu actitud como ser humano, pero en esas preguntas siempre está el morbo”, continuó.
A medida que avanzaba la charla, el colombiano mantuvo el tono firme pero sin perder la compostura. “Me dolió, pero nunca te falté el respeto. Mi trabajo fue bueno, regular o malo, pero jamás le haría la cama a un entrenador”, aseguró, en referencia directa a las versiones que señalaban una supuesta ruptura con Gallardo.
Más allá del cruce, el exjugador de Porto y Medellín intentó poner en palabras la frustración colectiva del plantel. “Nadie quiere perder un clásico. Tocamos fondo. En mi caso, levanto la cabeza. Nos queda otro juego y hay que pensar en positivo”, dijo.
También aprovechó para pedir disculpas a los hinchas. “Sabemos la situación que estamos pasando. Nunca nos había ocurrido algo así. A veces lo que pasa nos fortalece, pero hay que darnos cuenta de dónde estamos y hacer una autocrítica”, reconoció.
Sobre el momento deportivo del equipo, Quintero fue categórico. “El fútbol se demuestra cada partido. No estamos a la altura, ya lo asumimos. Si hubiéramos metido las jugadas claras del segundo tiempo, sería diferente. Es una seguidilla muy difícil que no está a la altura de River. Yo, al menos, nunca la había vivido en este club”, señaló.
Y cerró con una frase desafiante: “Tenemos otra oportunidad contra Vélez, ojalá Dios quiera ganemos. Y cuando salgamos campeones, ojalá no digan nada”, concluyó el colombiano.