Las declaraciones de Mauricio Macri desde Chile, en las que aseguró que el PRO “está más vivo que nunca” y que tendrá candidato propio en 2027, reavivaron un debate interno que el partido postergaba desde hace meses: qué tipo de relación mantener con Javier Milei y La Libertad Avanza (LLA).
Según confirmaron fuentes partidarias a Infobae, un sector importante del PRO reclama una convocatoria formal del ex presidente antes de fin de año para definir su rumbo político. “Hay que dejar de lado la ambigüedad que tuvimos hasta ahora, porque la conducción eligió ser ambigua. Esperamos una convocatoria por parte de Macri cuanto antes”, planteó un dirigente del núcleo fundacional.
El dilema amarillo: ¿aliados o oposición dialoguista?
En los grupos internos del partido circula una pregunta que nadie se anima a hacer en público: ¿tiene fecha de vencimiento el acuerdo electoral con LLA? El interrogante resume la disyuntiva entre continuar como aliados del oficialismo libertario o reconfigurarse como una oposición responsable pero independiente.
En los últimos días, un asado en la sede partidaria de Balcarce reunió a referentes como el diputado electo Fernando De Andreis, quien advirtió: “Comienza una nueva etapa. Tenemos que estar preparados para dar la discusión y trabajar mucho”.
El reacomodamiento en Diputados también genera tensiones. En el PRO daban por hecho que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, retiraría a sus legisladores del bloque, pero el momento elegido para el anuncio -horas antes del encuentro entre Milei y Macri en Olivos- provocó malestar entre varios referentes.
Voces cruzadas: entre la alianza y la autonomía
Las diferencias son notorias. Diego Santilli, uno de los grandes ganadores de las elecciones, pidió “mantener y reforzar la alianza” con Milei. En cambio, el gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, marcó distancia: “El PRO es oposición. Podemos ser responsables, apoyar medidas que beneficien al país, pero también defender lo que consideremos justo”.
La exgobernadora María Eugenia Vidal expresó una mirada autocrítica: “Sentí alivio al ver que el país no se desestabilizó después de las elecciones, pero también tristeza al no ver una boleta amarilla PRO en gran parte del país”. Y agregó: “El PRO tiene que ser una alternativa fuerte e independiente. Mientras el kirchnerismo sea la segunda fuerza, será difícil que la Argentina inspire confianza”.
El debate ideológico y las críticas internas
El martes, la vicejefa de Gobierno porteño Clara Muzzio agitó la interna al publicar un mensaje dirigido a quienes rechazaron un acuerdo con Milei: “En el PRO nos esperan cambios muy grandes. En los votos también hubo un mensaje para nosotros”. Luego lanzó una serie de preguntas que resonaron en la militancia:
“¿Qué es el PRO ahora? ¿A quién representamos? ¿Queremos ser un PRO que simpatiza con el ‘murmullo socialista’ o un verdadero PRO liberal orientado al futuro? Ambas cosas son irreconciliables”.
La expresión “murmullo socialista” no fue casual: la había utilizado meses atrás Fernando De Andreis, uno de los dirigentes más cercanos a Macri, para describir la “vuelta a las raíces liberales” que impulsa el expresidente. El comentario fue interpretado entonces como una crítica directa a Vidal y a Horacio Rodríguez Larreta, distanciados del partido.
En esa misma línea, la diputada Silvia Lospennato, próxima a sumarse al bloque porteño, admitió que “no todos los votantes del PRO estaban de acuerdo con la alianza con LLA”. En una actividad de la Fundación Pensar, remarcó: “El PRO sigue existiendo. No vamos a claudicar en lo que creemos importante. Queremos una justicia con gente proba, vamos a insistir con la ficha limpia, aunque quedemos solos”.
Macri, el eje del reacomodamiento
El propio Mauricio Macri volvió a marcar el tono del debate. Desde Santiago de Chile, donde mantuvo reuniones con empresarios y referentes regionales, declaró: “En la Argentina hay mucha gente que apuesta al ‘cuanto peor, mejor’. Yo nunca aposté a eso. Quiero ver si Milei logra superar los condicionamientos para llevar adelante una agenda más agresiva de achicamiento del gasto público, baja de impuestos, desregulación y privatización”.
El relanzamiento del liderazgo de Macri busca ordenar a un PRO dividido entre quienes quieren profundizar la alianza libertaria y quienes apuestan a reconstruir una identidad propia de cara a 2027.
En el partido reconocen que la discusión es inevitable. Lo que resta saber es si Macri convocará al debate antes de fin de año o si las diferencias internas seguirán creciendo a la sombra del nuevo gobierno.