La tradición cristiana celebra cada 1 de noviembre el Día de Todos los Santos, pero las tradiciones populares van más allá y fusionan prácticas paganas con otras creencias e instalan sus propias costumbres. Es así como surgen diferentes rituales. Los creyentes piden y velan por sus metas en el afán de lograr una ayuda o intervención espiritual que facilite su alcance.
Efemérides del 1 de noviembre: ¿qué pasó un día como hoy?Para el primer día de cada mes, el ritual que se repite es uno que incluye hojas de laurel. En el penúltimo mes del año, los creyentes lo practican velando por un equilibrio para las semanas que le quedan al 2025. En él, piden por mejoras que les permitan alcanzar la armonía en todo aspecto de su vida.
Qué simboliza el laurel
En paralelo a las tradicionales prácticas cristianas, cobra cada vez más fuerza y difusión la quema del laurel. Aunque parezca un simple gesto, es un hábito en el que muchos depositan ciegamente su confianza. Es un rito cargado de esperanza, una esperanza que proviene de la simbología del laurel.
Históricamente, el laurel estuvo asociado a la gloria. Ya en la Antigüedad Clásica de Grecia y Roma, las coronas de laureles eran usadas por los victoriosos. Simbolizaba el triunfo y el honor y se colocaba en las cabezas de los ganadores de competencias deportivas, militares o artísticas.
Ritual de la quema del laurel para el 1° de noviembre
En la actualidad, el laurel se utiliza para pedir victorias y también protección. Además, se cree que tiene el poder de alejar las malas energías y atraer la buena fortuna, así como para renovar las energías de los ambientes, eliminar lo negativo y cambiarlo por todo lo positivo.
Para practicar este ritual, solamente necesitarás tres hojas de laurel, un encendedor o fósforos y un recipiente metálico para poner las hojas mientras se queman. Deberás escribir deseos en una hoja y luego prenderlas fuego junto al laurel. El fuego representa la purificación y marca un antes y un después energético.
Quemar laurel es una buena manera de limpiar el terreno para iniciar nuevos proyectos, tal como si se tratara del desmalezamiento de un espacio para empezar a formar los cimientos de una construcción. En lo laboral y en lo personal, el laurel simboliza la apertura hacia nuevos rumbos.