San Lorenzo atraviesa un nuevo capítulo de su crisis económica. En plena competencia de la Liga Profesional de Fútbol, la situación financiera del club de Boedo se volvió crítica: gran parte del plantel acumula sueldos impagos, los compromisos externos se multiplican y la incertidumbre crece tanto dentro del vestuario como entre los hinchas.
La dirigencia solo logró pagar una parte de los haberes correspondientes a los últimos meses, por lo que la mayoría de los futbolistas sigue sin cobrar. Los jugadores más jóvenes o con salarios bajos recibieron únicamente el pago del mes de agosto, mientras que los referentes y futbolistas con contratos más altos acumulan dos meses de deuda salarial. Incluso el pago de agosto no fue generalizado, y varios futbolistas todavía esperan ese depósito. La situación genera malestar y preocupación, en un contexto donde el club mantiene una estructura salarial difícil de sostener.
Romaña, el único al día
En medio de esa tensión, Jhohan Romaña es el único futbolista con su sueldo al día. El defensor colombiano cobró julio, agosto y septiembre, pero no por un privilegio: su contrato incluía una cláusula de liberación automática en caso de falta de pago. Para evitar que quedara libre, la dirigencia decidió cancelar de inmediato su deuda y mantenerlo vinculado al plantel. Otro caso que trascendió es el de Alexis Cuello, quien habría recibido parte de lo adeudado, aunque no se confirmó si se trató de un pago completo.
Deuda externa y amenaza financiera
A la crisis salarial se suma un compromiso financiero de gran magnitud. San Lorenzo tiene hasta el miércoles para pagar una deuda de aproximadamente 4,7 millones de dólares al fondo suizo AIS Investment Fund.
El incumplimiento podría derivar en sanciones o medidas judiciales que agravarían el delicado estado económico de la institución.
Una crisis que no da tregua
La situación actual evidencia una crisis estructural que San Lorenzo arrastra desde hace años. Las finanzas del club dependen de ingresos irregulares -como ventas de jugadores o derechos televisivos- que no alcanzan para sostener una masa salarial tan alta. La combinación de deudas internas, obligaciones externas y falta de liquidez generó un clima de desconfianza generalizado. Mientras los hinchas reclaman explicaciones y los jugadores esperan respuestas, la dirigencia busca soluciones urgentes para evitar que el conflicto se profundice.
San Lorenzo vive una tormenta institucional que golpea en todos los frentes. Solo Romaña logró cobrar su sueldo completo; el resto del plantel, como el club mismo, espera una reacción que devuelva algo de calma a Boedo.