A cuatro fechas del cierre del torneo Clausura, Atlético camina por la cornisa. Con 15 puntos y en el séptimo puesto, el “Decano” ocupa uno de los ocho lugares de clasificación a los playoffs, pero sabe que cualquier tropiezo puede dejarlo afuera. Lo que viene es un sprint final de pura tensión: San Lorenzo, Independiente, Godoy Cruz y Lanús. Cuatro partidos, cuatro decisiones, una sola meta, meterse entre los mejores.
El Clausura se ha caracterizado por una paridad que no existía en el primer semestre. En el Apertura, Atlético terminó décimo con 16 unidades y quedó apenas a dos puntos del último clasificado, Instituto, que accedió a la fase final con 18. Hoy, con una unidad menos y cuatro fechas por jugar, el panorama es distinto: todos ganan y todos pierden.
La diferencia entre el puntero Lanús, con 26 puntos, y el octavo, Sarmiento, con 17, es de apenas nueve unidades. En el Apertura, el líder Rosario Central había sacado una brecha de 17 puntos sobre la “Gloria”, que fue el último clasificado. Es decir, el margen se redujo a la mitad, y eso convierte cada punto en oro.
Además, del sexto (San Lorenzo) al decimocuarto (Godoy Cruz) hay apenas seis unidades de diferencia. Un mal resultado puede dejar a cualquiera afuera; un triunfo, volver a ponerlo en carrera. Incluso equipos de peso como Independiente o Platense, campeón vigente, hoy miran la zona de clasificación desde abajo. En este Clausura ya no mandan los nombres: mandan los detalles.
Misión: ganar en casa
Atlético llega a la recta final con un panorama claro. Ganar en casa es una obligación. El equipo de Lucas Pusineri, sólido en el Monumental José Fierro, acumula el 77 por ciento de los puntos posibles como local, pero fuera de Tucumán la historia cambia: todavía no ganó y apenas sumó un punto en todo el Clausura. Por eso, los dos encuentros en el José Fierro -ante San Lorenzo y Godoy Cruz- serán decisivos.
Si logra ganar ambos, llegaría a 21 puntos, una cifra que podría alcanzar para meterse entre los ocho mejores, dependiendo de los resultados ajenos. Pero no bastará con mirar su propia tabla: deberá tener el oído atento a lo que ocurra en otros estadios.
El principal competidor es Instituto, que también suma 15 puntos, pero está fuera de la zona de playoffs por diferencia de gol. La “Gloria” debería sumar menos de seis puntos o mantener su desventaja en el saldo de tantos para no superar al “Decano”. También aparecen San Martín de San Juan y Talleres, con 14 unidades. Ambos necesitarían sumar siete o más puntos para pasar a Atlético, por lo que cualquier tropiezo de ellos también podría beneficiar al equipo de Lucas Pusineri.
En síntesis, el equipo depende de sí mismo, pero sin margen de error. Dos victorias lo dejarían con 21 puntos, muy cerca de la línea de corte. Una victoria y dos empates (20 puntos) lo mantendrían con posibilidades, siempre que Instituto o San Martín de San Juan pierdan terreno. Pero cualquier derrota en Tucumán obligaría a sumar afuera, una misión que hasta ahora no ha podido cumplir.
Una ilusión
El calendario le presenta a Atlético una mezcla de oportunidades y trampas. El primer desafío será San Lorenzo, rival directo y sexto en la tabla. El “Ciclón” atraviesa una crisis institucional profunda, marcada por las irregularidades de la gestión de Marcelo Moretti y las deudas que golpean al plantel. Para el “Decano”, será un partido bisagra: si gana, alcanzará las 18 unidades, igualando el piso de clasificación del Apertura y superando a su rival inmediato. Además, se asegurará una ventaja clave para el cierre del torneo.
Después vendrá el turno de Independiente, último y con un presente sombrío: 14 derrotas en la temporada y ninguna victoria en este Clausura. A priori, el rival ideal para recuperar confianza fuera de casa. Sin embargo, el “Decano” no puede confiarse: cada salida del Monumental ha sido un laberinto.
En la penúltima fecha recibirá a Godoy Cruz, que también navega en los últimos lugares y apenas mantiene una esperanza matemática de clasificar. En los papeles, otro duelo en el que los tres puntos son obligación.
Por último, el cierre será ante Lanús, el líder del torneo, que probablemente llegue con la clasificación asegurada. En ese caso, el “Granate” podría afrontar el compromiso con menor presión. Pero si aún pelea por mantenerse entre los cuatro primeros para asegurar localía, el desafío será mucho más complejo.
Calculadora en marcha
El Clausura se transformó en una carrera de resistencia. Ningún equipo se despega, todos miran la tabla con la calculadora en la mano. Atlético, con 15 puntos, depende de sí mismo, pero debe ganar donde más cómodo se siente: en casa. Dos victorias consecutivas podrían cambiar el destino; una caída podría borrar semanas de esfuerzo.
La localía, que fue refugio y fortaleza, deberá sostener al equipo una vez más. Pusineri confía en ese impulso y en la solidez defensiva que lo mantiene entre los mejores locales del campeonato. Pero para soñar con los playoffs, no alcanzará con resistir: habrá que ganar.
La cuenta está hecha. Cuatro finales, 12 puntos en juego. Atlético tiene que sumar al menos seis para seguir en carrera. El resto dependerá de lo que pase en otras canchas, de los goles y de los imprevistos que el fútbol siempre guarda. En esta etapa, la calculadora se vuelve un amuleto y la fe, una necesidad.