Un lunes que parecía transcurrir sin sobresaltos en la Unidad Carcelaria N°1 de Villa Las Rosas de Salta terminó con un nuevo episodio de violencia extrema tras los muros. Un joven de 28 años fue asesinado a puñaladas dentro de su celda, en un ataque tan rápido como brutal, perpetrado por otros internos durante el horario de recreación.

El hecho ocurrió en el pabellón A2, uno de los sectores más poblados del penal. Eran pasadas las cuatro de la tarde cuando, según las cámaras de seguridad, cinco reclusos irrumpieron en la celda de la víctima. En cuestión de segundos, uno de ellos blandió un arma blanca de fabricación casera —una “tumbera”— y le asestó una puñalada certera en la zona del cuello.

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Los guardias fueron alertados por los gritos y acudieron de inmediato. El interno, herido de gravedad, fue trasladado en una ambulancia del Servicio Penitenciario al hospital San Bernardo. Allí los médicos intentaron reanimarlo y lo sometieron a una intervención quirúrgica de urgencia, pero las lesiones eran demasiado graves: murió pocas horas después.

Tanto la víctima como los cinco presuntos agresores, que ya fueron identificados y apartados de la población general, cumplían condenas por delitos de robo. Los investigadores intentan establecer si existían conflictos previos entre ellos o si el crimen fue una venganza planificada.

La Unidad de Graves Atentados contra las Personas 2, del Ministerio Público Fiscal, quedó a cargo de la causa. Los fiscales ordenaron el secuestro del arma tumbera y la revisión de las cámaras del penal para reconstruir los movimientos previos y posteriores al ataque.

El joven asesinado solía mostrar una actitud desafiante en sus redes sociales, donde posaba con armas y frases provocadoras como “me sobran balas”. Para los investigadores, ese perfil podría aportar indicios sobre el trasfondo de la agresión.