En 2019, antes de convertirse en uno de los ganadores del Premio Nobel de Economía 2025, Philippe Aghion visitó Tucumán para participar de un workshop en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional. Académico del Collège de France, la London School of Economics y Harvard University, Aghion compartió aquella vez con LA GACETA sus reflexiones sobre la innovación tecnológica y el crecimiento económico, conceptos centrales de su investigación junto a Peter Howitt y Joel Mokyr.
“Para innovar es muy importante tener una economía estable, que asegure beneficios; y una inflación alta atenta contra las ganancias de los innovadores”, señaló Aghion, quien destacó que la estabilidad macroeconómica y una educación de calidad son condiciones indispensables para que surjan empresarios capaces de transformar los mercados.
En su visita a Tucumán, el economista francés también enfatizó la importancia de los impuestos. “Necesitamos impuestos para financiar la educación y la salud públicas, pero no deben ser confiscatorios. Un nivel razonable es alrededor del 20 o 25 por ciento, como en Alemania”.
Aghion vinculó la innovación con la responsabilidad social de las empresas y el rol cultural de la sociedad. “Si los consumidores solo compran productos de firmas que hacen las cosas bien, habrá cada vez menos firmas que se comporten mal. Esto incentiva la innovación responsable”.
Consultado sobre los países en desarrollo, Aghion dijo que la innovación es posible si se invierte en capital humano: “China comenzó desarrollando por imitación, pero una vez que alcanzaron la frontera tecnológica, surgió la innovación genuina. Sin educación, nada de esto sería posible”.
El Nobel francés también abordó el impacto de las innovaciones tecnológicas en el mercado laboral. “Siempre hay riesgo de destrucción de empleos, por eso es crucial que las escuelas enseñen a aprender y que existan políticas activas de empleo que ayuden a los desempleados a adaptarse y encontrar nuevas oportunidades”.
Sobre un modelo de desarrollo para Argentina, Aghion recomendó mirar experiencias regionales. “Deben generar las condiciones para la innovación a través de la libertad de empresa, sin nacionalizar todo. Al mismo tiempo, educación y salud deben ser accesibles a todos. La innovación y el crecimiento deben ser inclusivos y verdes”.
El Premio Nobel que Aghion recibiría años después se otorga a quienes explican cómo la innovación impulsa el crecimiento económico mediante la “destrucción creativa”, concepto introducido por Joseph Schumpeter.
Sus hallazgos destacan que el progreso económico no es automático: requiere incentivos adecuados, educación, competencia y un marco institucional que permita a los innovadores transformar la economía.
Como en aquella entrevista en LA GCAETA , Aghion mantiene hoy la misma convicción: la clave para prosperar está en crear un ecosistema donde la innovación pueda florecer, beneficiando a toda la sociedad.