La industria de los electrodomésticos en la Argentina encendió una luz de alarma tras la decisión de Electrolux de suspender a 400 trabajadores en su planta de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. La medida, que refleja el impacto de la caída en las ventas y el crecimiento de las importaciones, generó preocupación en el sector metalúrgico y reavivó el debate sobre la competitividad industrial.

El freno productivo se explica por la merma en la demanda de productos del hogar y la acumulación inédita de stock en los depósitos fabriles. Delegados y representantes del sector reconocieron que la baja en las ventas se profundizó durante 2024, lo que obligó a implementar suspensiones rotativas para reducir temporalmente la actividad, publicó Infobae.

La planta de Electrolux en Rosario es uno de los polos industriales más importantes del país dentro de la llamada “línea blanca”. Según se informó, las suspensiones -que alcanzan tanto a personal operativo como administrativo- se extenderán hasta tres meses, con el pago de entre el 70 y el 75% del salario neto habitual. El objetivo, explicaron desde la compañía, es evitar despidos masivos en un contexto de retracción generalizada.

“El Grupo Electrolux está ajustando el ritmo de producción de su planta de Rosario a partir de octubre, con el objetivo de garantizar la sostenibilidad del negocio y optimizar recursos. Esta medida procura alinear la producción con la demanda real del mercado, garantizando la productividad y reforzando el compromiso para cuidar de los colaboradores a la vez que acompaña la evolución del negocio”, comunicó oficialmente la empresa.

La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) expresó su inquietud y advirtió sobre la posibilidad de una escalada en la pérdida de empleos si no se recupera la actividad. Estimaciones del gremio proyectan que el sector podría sufrir más de 2.000 bajas hacia 2025, si persiste la tendencia recesiva observada desde comienzos de este año.

El fenómeno no se limita a Electrolux. Fuentes industriales consultadas señalaron que varias fábricas del rubro están reduciendo o deteniendo temporalmente su producción. “Hay mucho stock porque entró y está llegando mucho producto del exterior. Eso hizo que bajaran los precios. El retail se queja de que el ticket promedio está bajo y piden más plazo para pagar a sus proveedores, pero la industria también está complicada”, explicó una fuente del sector, quien agregó que actualmente se importa más de lo que se fabrica localmente.

En el caso de Electrolux, los depósitos de la planta rosarina acumulan niveles de stock extraordinarios, con líneas de producción de lavarropas, cocinas y heladeras funcionando muy por debajo de su capacidad. Esta situación afecta no solo al personal directo, sino también a las pymes contratistas y talleres que proveen insumos y servicios a la empresa.

Las suspensiones se aplican de manera rotativa, intentando distribuir el impacto. Sin embargo, entre los trabajadores predomina la incertidumbre. “El excedente de stock reduce la necesidad de seguir produciendo en el corto plazo”, admitieron delegados.

El retroceso también golpea a la economía local, ya que la actividad de la planta de Rosario sostiene cientos de puestos indirectos y dinamiza el comercio de los barrios cercanos. La caída del poder adquisitivo de los empleados y la retracción del consumo amplifican el efecto en la región.

Frente a este panorama, la UOM convocó mesas de trabajo y pedidos de apoyo institucional para buscar alternativas que frenen la pérdida de empleo. La expectativa está puesta en una eventual recuperación de la demanda interna y en acuerdos entre empresarios, sindicatos y el Estado que permitan amortiguar la crisis.

La situación también alcanza a otras firmas del sector como Mabe, Alladio y Liliana, que aplicaron medidas similares en distintas provincias. De acuerdo con un relevamiento gremial, la combinación de suspensiones y empleos en riesgo podría superar los 3.000 casos en Santa Fe y el sur bonaerense.

Electrolux, multinacional sueca con presencia en más de 160 países, fabrica y comercializa más de 55 millones de productos al año, entre los que se incluyen heladeras, cocinas, lavarropas, aires acondicionados y aspiradoras, bajo marcas como AEG, Zanussi, Frigidaire, Somela y Corberó, entre otras.

Hoy, su filial argentina enfrenta un escenario complejo que pone en evidencia los desafíos de la industria nacional ante la apertura de importaciones, la caída del consumo y la falta de estímulos para la producción local.