Daniela Montesano nació en Azul y creció entre motores y pinceles. Desde chica soñaba con combinar sus dos pasiones: el automovilismo y el arte. Lo logró con creces. Trabajó para el Museo Fangio y el Instituto Senna, pero hay un proyecto que la marcó más que todos: su vínculo con Franco Colapinto, el joven piloto argentino de Fórmula 1.

Todo comenzó en 2019, cuando Andrea, la madre de Franco, la contactó por Instagram. “Me contó que su hijo había salido campeón de Fórmula 4 y quería regalarle un cuadro. No lo podía creer”, recordó la artista en diálogo con TN. Confesó que ya seguía la carrera del piloto, pero conocer su historia y sacrificio la inspiró profundamente para pintar aquella primera obra.

Desde entonces, cada victoria, podio o momento especial de Colapinto quedó plasmado en una tela. “Siempre le dije a Andrea que cada momento feliz de Franco lo íbamos a pintar. Él gana, ella me manda fotos y yo transformo ese instante en una obra. Es mi forma de estar cerca de su sueño”, contó Montesano. Ese primer cuadro se lo envió en Navidad, y al verlo colgado en el cuarto del piloto, supo que había nacido una conexión especial.

Con el tiempo, la relación se consolidó. La artista recibió imágenes de cada logro, incluyendo los festejos más importantes e incluso una escena con Bizarrap. “Siento que soy parte de su historia. Lo acompañé desde sus primeros pasos, pintando cada logro. Todavía no lo conozco en persona, pero nos reímos con su mamá porque cuando subió a la F1 ya se hizo tan famoso que parece imposible coincidir”, bromeó.

Del lienzo al corazón de la F-1

Montesano también pintó para la familia de Ayrton Senna y para figuras como Lionel Messi o Lewis Hamilton, pero el gesto que más la emocionó fue el de Colapinto cuando probó su primer auto de F1. “Le mandé un cuadro y le pedí que me lo dedicara. Pensé que iba a poner ‘con cariño’ y su firma, pero escribió ‘gracias por transformar mi sueño en arte’. Casi me muero de emoción”, recordó. Hoy, mientras sus obras recorren museos del mundo, Daniela sigue pintando cada paso del piloto que la inspiró a unir velocidad y arte.