“Los trastornos de ansiedad son los más comunes entre todos los trastornos psiquiátricos. Alrededor de un tercio de los adultos experimentará uno en algún momento de su vida”, advirtió la psicóloga Rachel Zack Ishikawa. La profesional que sigue los lineamientos de la terapia cognitivo-conductual, busca herramientas prácticas para abordar este desafío. La experiencia clínica con los hallazgos de la investigación reciente sería la combinación para atenuar la crisis.
Las pautas que propone, según el reportaje que reproduce Infobae, se centran en manejar preocupaciones excesivas, desafiar pensamientos automáticos y atender las señales del cuerpo.
La ansiedad constituye una respuesta habitual ante situaciones que presentan algún grado de desafío o peligro. Según explicó en su entrevista con The Harvard Gazette: “moderados niveles de ansiedad en realidad mejoran el rendimiento en actividades como exámenes, deportes o presentaciones”. Ishikawa promueve la búsqueda de retos y la satisfacción con los logros obtenidos.
Para gestionar la ansiedad, propone darle un voto a la “evitación conductual”, es decir, la inclinación a no enfrentar situaciones que provocan ansiedad. “Si puedes notar esas cosas a las que podrías decir que no porque te provocan algo de ansiedad y, en cambio, te acercas a esas situaciones, eso ofrece una oportunidad de aprender algo nuevo”, sostuvo Ishikawa.
La segunda estrategia está dirigida a los pensamientos repetitivos y negativos. Ishikawa recomendó interrogarlos al preguntarse, entre otras cosas, “¿sé con certeza que ese desenlace ocurrirá?” o “¿existen otras posibilidades aparte de la que temo?”.
“Cuando recordamos que solo se trata de sensaciones físicas, el sistema nervioso se calma y decrece la activación generada por la percepción de amenaza”, establece con respecto a taquicardias, dificultades respiratorias, sudoración o temblores. Para la psicóloga, resulta útil recordar que estas sensaciones corporales solo reflejan la activación natural del organismo ante el estrés, sin que necesariamente indiquen peligro real. Con esa concientización, la escalada de síntomas se interrumpe.
La aceptación de las señales del cuerpo, sin perder de vista el desafío de ampliar el acceso a tratamientos efectivos es lo que le hará frente a los trastornos de ansiedad.