Según el economista Nery Persichini, tras una semana de aparente tranquilidad, las expectativas de un tipo de cambio más elevado después de las elecciones han vuelto a tomar protagonismo en el mercado. Sin embargo, un factor clave parece haber cambiado las reglas del juego: el apoyo de Estados Unidos para el pago de la deuda. Este respaldo fue sinónimo de un “game changer” (el que redefine las reglas de juego), llevando a pensar que el valor del dólar podría ser menor al que se estaba anticipando antes de los anuncios del Secretario del Tesoro estadounidense Scott Bessent, indica un reporte de GMA Capital. Aún así, el tipo de cambio implícito en precios se mantiene por encima de la banda, lo que sugiere que los inversores dan por hecho un cambio en el esquema cambiario. En línea con esta expectativa, el tipo de cambio real “breakeven” (de equilibrio) se ubica arriba de los $1.700, un nivel considerablemente más elevado que el actual. Esta cifra recuerda a los valores observados en períodos como fines de 2020 y principios de 2021 (el inicio del “plan platita”). Dicho de otro modo, el mercado se prepara para un escenario de mayor competitividad cambiaria, puntualiza el informe al que accedió LA GACETA.

Ahora bien, lo más llamativo del escenario actual es que, mientras el dólar mira hacia arriba, las expectativas de inflación han comenzado a corregir a la baja. “Parece que el mercado confía en que el traslado a precios de una eventual devaluación (“pass through”) no sería tan significativo. Esta confianza se apoya en la continuidad del ancla fiscal y de una política monetaria restrictiva”, enumera el reporte privado.

Esta interesante combinación de un tipo de cambio real esperado más alto y una inflación “breakeven” contenida, que ronda el 1,9% promedio mensual hasta mayo de 2026, abriría una ventana de oportunidad. Para aquellos inversores con tolerancia al riesgo cambiario, los bonos en pesos que ajustan por inflación (CER y Duales) se perfilan como una alternativa atractiva para considerar, expresa GMA Capital.

Incertidumbre

En un marco de incertidumbre, el noveno mes del año dejó fuertes caídas para los activos argentinos: la deuda “Hard Dollar” sufrió su peor caída en dos años con una baja del 15%, mientras que el S&P Merval se derrumbó un 21% en dólares. El anuncio del viaje del equipo económico a Estados Unidos se vio como una luz de esperanza, pero hasta ahora solo alcanzó para una recuperación parcial en algunos precios.

El Gobierno despliega su última defensa para contener el dólar hasta las elecciones

Persichini, en tanto, advierte que el partido sigue abierto. “Hay múltiples variables para mejorar y pocas palancas de acción. El apoyo de Trump y su equipo podría ayudar a estabilizar el riesgo país y parcialmente la dinámica de la brecha. Pero queda por ver si alcanza para salvar al esquema de bandas post-26-O”, explica. Pero una verdad asoma: la ayuda desde Washington difícilmente sea suficiente para revitalizar los alicaídos índices de confianza en el Gobierno y del consumidor, dos termómetros claves relacionados con la “calle”, contextualiza el director de GMA. La percepción del clima y el “bolsillo” tienen máxima injerencia en las horas previas a entrar en el cuarto oscuro. “Y por el momento, no vimos gran pericia para moverse en terrenos que se alejan del mercado y el Excel”, refleja Persichini.