Flamengo encendió un conflicto inesperado en el fútbol brasileño, pero esta vez lejos de la pelota. La dirigencia que encabeza Luiz Eduardo Baptista decidió recurrir a la Justicia para frenar parte de un desembolso de 77 millones de reales que la cadena O Globo debía girar a los clubes de la Liga Brasileña de Fútbol (LIBRA). El recurso de amparo fue presentado en un tribunal de Río de Janeiro y busca revisar el actual reparto de los derechos de transmisión.

El contrato en cuestión, firmado hasta 2029, garantiza más de 1100 millones de reales por año y establece que la distribución se realice con un 40% en partes iguales, un 30% según la posición final en el campeonato y un 30% vinculado a la audiencia generada por cada equipo. Flamengo había aceptado estas condiciones bajo la gestión anterior de Rodolfo Landim, pero Baptista, que asumió en diciembre, sostiene que el club pierde con este esquema hasta 100 millones de reales anuales en comparación con el acuerdo previo.

La principal exigencia del "Mengao" es un aumento de 23 millones de reales en el contrato que comenzó a regir en 2024, además de cuestionar los criterios relacionados con los ingresos por el sistema de pago por visión. El reclamo no solo involucra a la institución carioca, sino que amenaza con abrir un frente de batalla en toda la estructura del Brasileirao.

El trasfondo de este enfrentamiento remite a 2022, cuando Flamengo, junto con Corinthians, Palmeiras, São Paulo y otros equipos, fundó LIBRA con la idea de replicar modelos de gestión de ligas europeas como la Premier League. Sin embargo, un bloque opositor de más de 30 clubes conformó “Forte Futebol”, que firmó su propio convenio con la agencia Live Mode.

La puja se reavivó en marzo de este año, cuando LIBRA selló un acuerdo exclusivo con O Globo para las transmisiones del Brasileirao en televisión abierta, cable, streaming y PPV desde 2025 hasta 2029. Con esta nuevo reclamo judicial, Flamengo busca modificar la distribución antes de que el contrato alcance su máxima vigencia, desatando una pulseada que puede redefinir el mapa económico del fútbol brasileño.