El debut de Carlos Alcaraz en el Open 500 de Tokio no fue nada sencillo. El número uno del mundo sufrió una torcedura en su tobillo izquierdo en el quinto juego frente a Sebastián Báez, lo que generó incertidumbre en la pista y preocupación en su equipo.

Tras el partido, el murciano reconoció. "Me he asustado y me he preocupado porque no me sentía bien al principio". Sin embargo, rápidamente llevó tranquilidad al añadir: "Estoy contento de haber podido terminar y hacerlo jugando un buen tenis".

Alcaraz también dejó en claro que piensa seguir adelante en el torneo al afirmar. "Voy a intentar hacer lo posible para estar recuperado de cara al siguiente partido". La lesión, de todos modos, obliga a esperar y ver cómo evoluciona en las próximas horas.

Según reveló MARCA, el español no tiene previsto realizarse pruebas médicas. La decisión pasa por dejar todo en manos de su fisioterapeuta Juanjo Moreno y guiarse por las sensaciones que experimente al levantarse. El viernes descansará y el sábado enfrentará al belga Zizou Bergs por un lugar en los cuartos de final.

La pelea por el número uno

Mientras tanto, la batalla por el liderazgo del ranking sigue abierta. Alcaraz mantiene una ventaja de 590 puntos sobre Jannik Sinner, aunque el italiano decidió sumarse al Open 500 de Viena para intentar recortar distancia. El estado físico del murciano se vuelve, así, un factor clave en la recta final de la temporada.