Isha Escribano, figura multifacética en Argentina, destaca por su trayectoria profesional como médica, escritora y música. Esta personalidad pública, quien además ejerce como instructora de yoga y estudiosa de la cultura oriental, mantiene un vínculo familiar directo con la realeza europea. Escribano es prima de Máxima Zorreguieta, actual Reina de los Países Bajos, una conexión revelada mediante publicaciones biográficas recientes.

Su historia personal ganó notoriedad cuando se supo que Isha es una mujer trans, detalle documentado en el libro Máxima, construcción de una reina. El autor Rodolfo Vera Calderón describió el fuerte rechazo experimentado por ella dentro de su círculo íntimo. La vida de Escribano es un testimonio de resiliencia, pues decidió emprender un camino personal de autoaceptación pese al abandono familiar.

La trayectoria y búsqueda espiritual

Isha Escribano, actualmente con 53 años, ejerce múltiples disciplinas incluyendo medicina psicoterapéutica y periodismo. Ella considera que su verdadero ejercicio médico inició cuando comenzó enseñar yoga, técnicas de respiración y mantras. Esta autora promueve sus libros, como El camino de la aceptación, buscando siempre llevar luz mediante la escritura.

Escribano postula que la naturaleza esencial del ser humano radica en la acción de compartir experiencias. Ella comparte aquellas enseñanzas y prácticas que generaron beneficios profundos en su propia vida. Enfatiza la importancia del amor propio y la autoaceptación, señalando que uno debe ser la fiesta, sin importar si lo invitan o lo sacan bailar.

Vínculo real y rechazo familiar

Isha Escribano y Máxima Zorreguieta mantienen un lazo sanguíneo directo, debido al parentesco entre sus madres. La madre de Escribano es prima hermana de María Del Carmen Cerruti, progenitora de la monarca neerlandesa. Se sabe que durante su juventud, ambas primas asistían juntas locales nocturnos en la ciudad de Pergamino. Dicha información sobre este lazo familiar fue divulgada gracias al escritor Rodolfo Vera Calderón.

Cuando Isha tomó la decisión personal de cambiar su género, el comportamiento de su familia resultó drástico y doloroso. Según relató Vera Calderón, ningún familiar volvió dirigirle la palabra posteriormente. El padre de Isha, José Claudio Escribano, un reconocido periodista, ignoró completamente el cambio de su hija. Él abandonó la conversación y dejó sola su descendiente, apartándola de su vida permanentemente.

Pese al rechazo, Escribano continuó su camino forjando hitos importantes en su vida pública. Isha obtuvo su Documento Nacional de Identidad rectificado, ostentando el número 9000, un símbolo de su lucha. Este documento fue el primero entregado durante la gestión del expresidente Alberto Fernández en 2020. Aunque mantiene fuerte actividad en plataformas digitales, Isha evita mencionar cualquier detalle referente su linaje real.