La clasificación del Gran Premio de Azerbaiyán será recordada como una de las más caóticas de los últimos tiempos en la Fórmula 1. Hubo seis banderas rojas, múltiples accidentes y condiciones cambiantes que complicaron a todos. Entre los protagonistas de los incidentes estuvo Franco Colapinto, que en los segundos finales de la Q1 perdió el control de su Alpine y terminó contra el muro en la curva 4.

Al finalizar la sesión, Lando Norris salió a defender al argentino. El piloto de McLaren, segundo en el Mundial de Pilotos, explicó que el viento fue un factor decisivo y justificó lo que le pasó a Colapinto. “Es increíble. Ojalá todos pudieran entender lo difícil que fue con el viento. Diría que la mitad de los accidentes que vieron hoy probablemente se debieron a eso”, señaló en declaraciones a Motorsport.

El británico fue más allá y describió la curva donde se estrelló el piloto de Pilar. “En la curva 4, donde Colapinto se salió, mucha gente bloqueó. Parece una de las peores curvas que he corrido en mi vida, simplemente por los vientos de cola de 50 km/h. Y en la siguiente vuelta, puede que solo sean 10 km/h, y pensás: ‘Ay, puedo ir un poco más rápido’. En la siguiente vuelta vas más rápido, y te estrellás contra el muro”, expresó.

Colapinto coincidió con ese análisis y sumó que, además, se desconcentró por un despiste previo de su compañero Pierre Gasly. “No sabía si era bandera amarilla… Cuando él se va, frené un pelín de más y el auto se me giró. Obviamente me desconcentró un poco. Después, apenas doblé, se giró de atrás y no sé si hubo viento o algo, pero fue muy raro”, declaró.

Con bronca por haber roto el auto, el argentino reconoció que venía para hacer un gran tiempo. “Estábamos para pasar a Q2 seguro. Teníamos buen ritmo. Es una pena, pero prefiero chocar yendo rápido que ir lento y no chocar”, dijo.

La jornada dejó golpes para todos. Además de Colapinto y Gasly, también se complicaron Nico Hülkenberg, Isack Hadjar, Oscar Piastri y hasta Charles Leclerc, que destrozó su Ferrari en la curva 15. El caos marcó a fuego la clasificación, que terminó con Max Verstappen en la pole y Norris en la séptima posición, con un mensaje claro: Colapinto no fue el único al que el viento le jugó una mala pasada.