Brasil sufrió una derrota inesperada en El Alto: cayó 1-0 frente a Bolivia en la última fecha de las Eliminatorias y permitió que el equipo del altiplano asegurara un histórico boleto al repechaje rumbo al Mundial 2026. El entrenador de la “Canarinha”, Carlo Ancelotti, evitó declaraciones fuertes tras el encuentro y solo atribuyó la dificultad del partido a la altitud del estadio.
En contraste, Samuel Xaud, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, fue mucho más duro. Señaló un entorno “completamente antideportivo”, acusando a árbitros, efectivos policiales y hasta alcanzapelotas de obstaculizar el normal desarrollo del juego. Según denunció, hubo balones ocultos y arrojados para interrumpir el ritmo de los futbolistas brasileños.
La tensión fue máxima hasta el pitazo final: un gol de Brasil hubiera cambiado el desenlace, clasificando a Venezuela al repechaje y dejando a Bolivia eliminada. Sin embargo, las “vivezas sudamericanas” de los alcanzapelotas y la intensidad del escenario se combinaron para sellar un triunfo celebrado como histórico en el fútbol boliviano.