Hace 46 años se estrenó “Made in Lanús”, una obra de Nelly Fernández Tiscornia que se volvió un clásico. Del teatro pasó al cine en 1987, y desde el año pasado tiene una versión dirigida por Luis Brandoni; cuenta con las actuaciones de Alberto Ajaka, Cecilia Dopazo, Esteban Meloni y Malena Solda. En 1986 fue protagonizada por el mismo Brandoni, Marta Bianchi, Leonor Manso y Patricio Contreras.
Ambientada en la Argentina de ese momento, es la historia de un matrimonio de clase media: El Negro y la Yoli. Él es mecánico, ella ama de casa. Ambos viven en Lanús y tratan de sobrevivir a la crisis económica. La llegada de Mabel la hermana de El Negro, exiliada en tiempos de dictadura a Estados Unidos, junto a su marido, Osvaldo, provocará una reflexión sobre la identidad nacional.
El 83 fue un puente para recuperar la voz de los exiliadosCuando se utiliza la palabra clásico se está diciendo que permanece en el tiempo y si es así es porque, indudablemente, le habla al presente. “La obra hace alusión a cuestiones que son cíclicas en el país, por ejemplo, en tanto que Mabel y su marido son exiliados políticos. Mabel se va acompañando a su marido. En 2001 hubo un montón de exilados económicos, y sigo viendo gente que busca un futuro mejor en Europa y Estados Unidos”, sostiene la actriz Cecilia Dopazo. Durante una entrevista telefónica con LA GACETA observa que la gene emigra buscando un buen pasar. “La gente quiere seguir yéndose”, agrega.
“Made in Lanús” se representará desde las 21 en el teatro Alberdi, Jujuy y Crisóstomo Álvarez. “Invito a la gente que vaya al teatro, se va a reír y capaz que se le escapa alguna lágrima hacia el final, los afectos están en juego”, dijo.
- ¿De qué modo, en qué dialoga con el presente?
- En estas cuestiones cíclicas que se dan una y otra vez que te mencionaba recién. Por estar mejor, o por salvarse directamente, Uno de los personajes dice en algunas ocasiones que ‘cuando te descuidas tenés las botas encima’. Y esa situación se vive hoy, no sólo en el país sino en el mundo, con el avance de la derecha en el poder. ¿Quién no ha fantaseado, enojado con el país, e irse a vivir a otro lado?
- Si se compara con la puesta y adaptación de hace 36 años, ¿cómo fue ahora?
- No vi la puesta del 86, no tuve el gusto de verla, pero creo que la obra está muy bien escrita y lo que dicta es la puesta. Es hiperrealista, lo pide la obra y lo pide la autoría. Creería que se conserva igual, no podría haber mucha diferencia. La dirección es de Brandoni que la conoce totalmente. En un momento nos juntamos cuando ensayamos y la veíamos en un video. La puesta responde a la autora. Como todos los clásicos, a lo que pide el texto. La gran protagonista es la autora, Tiscornia. Hay cuatro personajes que tienen razón, con puntos de vista distintos. Esos personajes por igual son muy queribles, cada uno está sufriendo, pero están felices por volverse a ver, el encuentro es una fiesta, pero aparecen los conflictos.
- ¿Qué repercusión ha tenido esta obra? ¿Está de gira?
- Hace un mes recorrimos el conurbano bonaerense, la gente concurre y es importante hacer contacto, con esta comunión que es cuando uno va al teatro. La obra despierta mucho interés… hay gente que no la conocía para nada y otros vieron la película. Muchos nos esperan afuera de la sala; me gusta esta mirada nueva.
- Supongo que guardas con nostagia, tal vez, la película “Tango feroz”, con la que el público te relaciona mucho...
- Es una visita que está muy presente en mí, ahí hubo un homenaje el año pasado lo que produjo como una revitalización y nuevas generaciones la vieron y se acercaron. Se la recuerda en todo momento… el público me habla mucho de “Tango Feroz”, está muy presente en las redes sociales por ejemplo, ha sido muy, pero muy importante para quienes fuimos parte de esa realización.