La presión arterial es un indicador fundamental del bienestar, especialmente en adultos. Con el paso de los años, los vasos sanguíneos pierden elasticidad, lo que aumenta significativamente el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares graves. Por eso, controlar la tensión arterial y mantener hábitos de vida saludables es esencial para prevenir complicaciones como infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV) o daño renal.
¿Cuál es la presión arterial adecuada en mayores de 60 años?
El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento define la presión arterial como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias durante el bombeo del corazón. Se mide mediante dos valores:
Presión sistólica: nivel máximo cuando el corazón se contrae.
Presión diastólica: nivel mínimo cuando el corazón está en reposo.
En adultos mayores de 60 años, los valores considerados normales oscilan entre 130 y 139 mmHg para la presión sistólica, y entre 70 y 79 mmHg para la diastólica, según las Guías actualizadas de la Sociedad Europea de Cardiología. Estas guías destacan que la hipertensión se desarrolla de manera gradual, y no aparece de forma repentina.
Factores que elevan la presión arterial
El envejecimiento natural provoca un endurecimiento progresivo de las arterias. A esto se suman otros factores que incrementan la tensión arterial:
Dieta rica en sodio
Sedentarismo
Estrés prolongado
Exceso de peso
Consumo de alcohol y tabaco
Enfermedades crónicas como insuficiencia renal
Antecedentes familiares de hipertensión
Por otro lado, niveles bajos de presión arterial pueden estar relacionados con deshidratación, uso incorrecto de fármacos, trastornos cardíacos, diabetes avanzada, pérdidas sanguíneas, desequilibrios hormonales o déficit de nutrientes como vitamina B12 y ácido fólico.
Consecuencias de la presión arterial descontrolada
Una presión arterial alta puede provocar episodios graves, como:
Infartos
ACV
Fallo cardíaco
Deterioro renal
Deterioro cognitivo o demencia vascular
Problemas visuales y formación de aneurismas
Mientras que la presión arterial demasiado baja puede generar:
Mareos y vértigo
Desmayos frecuentes con riesgo de caídas
Cansancio extremo
Dificultad para concentrarse
Estos signos incrementan el riesgo de fracturas y accidentes en personas mayores.
Cómo mantener la presión arterial en niveles saludables
Mantener la presión dentro de los rangos recomendados es fundamental para cuidar la salud cardiovascular y la calidad de vida en la tercera edad. Para lograrlo, se recomienda:
Alimentación balanceada: limitar el sodio y aumentar frutas, verduras y fibra.
Ejercicio regular: actividades físicas adaptadas a cada persona.
Manejo del estrés: técnicas de relajación y hábitos de sueño saludables.
Control médico: revisiones periódicas con el médico de cabecera para monitorear la tensión y ajustar tratamientos si es necesario.
Adoptar estas medidas permite a los adultos mayores proteger su corazón, reducir riesgos graves y disfrutar de una vida más saludable y plena.