La semana de Independiente está marcada por la incertidumbre. Tras los destrozos ocurridos en el Estadio Libertadores de América durante el cruce de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana contra Universidad de Chile, el club espera definiciones que impactarán de lleno en el partido del domingo frente a Platense.
La Municipalidad de Avellaneda inició una inspección un día después de los incidentes para determinar posibles sanciones. Entre las medidas en estudio se contempla clausurar la popular sur alta, reducir el aforo, habilitar solo el ingreso de socios, o incluso disputar el encuentro a puertas cerradas. Aprevide será clave en la decisión final, mientras que la Comisión Directiva mantendrá una reunión para definir los pasos a seguir.
El estado del estadio refleja la magnitud de los desmanes: puertas y portones arrancados, baldosas rotas, restos de inodoros y bachas destruidas, un puesto de comida desmantelado y un área de limpieza convertida en un caos de palos y baldes tirados. También se registraron daños en caños de agua y conexiones eléctricas.
En medio de este panorama, Independiente comunicó que el canje de abonos se postergó para el viernes, aclarando que las tribunas Pavoni Alta y Baja no estarán disponibles.
Mientras tanto, el presidente Néstor Grindetti viajó a Paraguay para defender los intereses del club ante la Conmebol, apuntando a la Confederación y a la Provincia por no permitir la intervención policial. El resto de la dirigencia, en Avellaneda, deberá resolver cómo afrontar un partido que ya está rodeado por la tensión.