El sol y una dieta balanceada son clave para obtener Vitamina D, un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en nuestra salud. Esta vitamina cumple un rol crucial tanto en la vida cotidiana como en el mundo del deporte, siendo indispensable para fortalecer la salud ósea y mantener un sistema inmunitario eficiente.

“Una de las funciones más conocidas de la vitamina D es su papel en la salud de los huesos. Es esencial para la absorción y el depósito de calcio, un mineral vital para mantener la fortaleza ósea. La deficiencia de esta vitamina puede conducir a enfermedades como la osteoporosis, una condición que hace que los huesos se vuelvan frágiles y porosos, siendo especialmente común en mujeres después de la menopausia”, afirmó el coordinador de “Se Mueve Tucumán”, médico deportólogo Cayetano Bellomio.

Siguiendo esta línea, el referente destacó que la actividad física complementa la acción de la vitamina D. “Cuando los huesos experimentan el impacto del ejercicio, generan sustancias que, junto con la vitamina, facilitan el depósito de calcio. Esto significa que una persona sedentaria, aunque consuma suficiente vitamina D, podría seguir en riesgo de osteoporosis si no se ejercita, es por ello la importancia de un movimiento regular para mantener los huesos fuertes”, contó.

Una vitamina clave

La vitamina D tiene una característica particular, es soluble en grasa, no en agua. Esto explica por qué se encuentra en alimentos con contenido graso como el hígado, los huevos, la leche y algunos frutos secos como las almendras y las nueces. Sin embargo, la fuente más importante de vitamina D es el sol. La exposición de la piel a los rayos ultravioleta transforma una sustancia derivada del colesterol en vitamina D, cubriendo un gran porcentaje de las necesidades diarias.

“Gracias a esta producción natural y a una dieta saludable, la mayoría de las personas no necesita preocuparse por la deficiencia. No obstante, si la exposición al sol y la alimentación no son suficientes, pueden surgir problemas como el raquitismo (una enfermedad que afecta el desarrollo de los huesos en los niños, afortunadamente poco común hoy en día) y la ya mencionada osteoporosis. En estos casos, y solo bajo indicación médica, puede ser necesario recurrir a suplementos vitamínicos”, finalizó.