Entrada la madrugada y casi al cierre de una extensa sesión, la Cámara de Diputados aprobó con 151 votos afirmativos, 66 negativos y 8 abstenciones el proyecto que propone modificar el huso horario del país. La iniciativa, impulsada por el legislador mendocino de la UCR Julio Cobos, pasará ahora al Senado y reabre un viejo debate: ¿qué tan conveniente es atrasar una hora el reloj en invierno?
Una iniciativa con historia
El exvicepresidente Julio Cobos presentó en varias oportunidades esta propuesta en la Cámara Baja, bajo el argumento de que existe un marcado desfasaje entre la hora que marcan los relojes y la hora solar real. Según el texto aprobado, el país adoptaría el huso -4 durante el invierno, mientras que en verano se mantendría el -3. El Poder Ejecutivo quedaría facultado para decidir la alternancia.
Actualmente, Argentina se rige por el huso horario -3, aunque la mayor parte de su territorio se encuentra dentro de la franja correspondiente al -4. Solo la cordillera ingresa en el -5. “La Argentina tiene un desfasaje entre la hora oficial (-3) y el huso horario que realmente nos corresponde (-4), y esto provoca varios inconvenientes”, fundamentó Cobos.
Los argumentos a favor
Entre los beneficios, el proyecto señala el ahorro energético como eje central: aprovechar mejor la luz solar para reducir el consumo de electricidad y gas, un punto clave ante la crisis energética recurrente.
Otro de los argumentos tiene que ver con el desempeño escolar, dado que el desajuste horario afecta el sistema circadiano —el reloj biológico que regula el sueño y la vigilia—, lo que impacta en la atención y el rendimiento de los alumnos.
Finalmente, Cobos plantea la coordinación regional con el Mercosur, lo que permitiría unificar criterios con socios comerciales y facilitar intercambios económicos, bancarios y de transporte.
La voz de la ciencia: la crítica de Diego Golombek
El proyecto, sin embargo, despertó fuertes cuestionamientos en la comunidad científica. Uno de los más claros fue el del reconocido investigador del CONICET, Diego Golombek, quien calificó la propuesta como “incorrecta”.
“El proyecto de ley sobre husos horarios que llegó a Diputados es incorrecto. Efectivamente, Argentina está mal situada en el huso -3 cuando debería ser -4, eso es cierto. Lo que está mal es plantear alternar entre -3 y -4 según la estación. Ese esquema no funciona”, advirtió.
Golombek explicó que el argumento del ahorro energético es engañoso y que, por el contrario, la modificación estacional puede traer consecuencias negativas: “Los cambios de horario siempre producen trastornos en el cuerpo y generan más accidentes. Muchos países que todavía alternan entre horario de verano e invierno están rediscutiendo el tema para quedarse todo el año en horario estándar, el que les corresponde geográficamente”.
El científico insistió en que Argentina debería permanecer todo el año en el huso -4, sin cambios intermitentes, para alinearse definitivamente con la luz solar y reducir el impacto en la salud. “La intención de corregir el desfasaje es acertada, pero la alternancia trae más problemas que soluciones. Una vez más, la ciencia aportó evidencia y no fue escuchada”, remarcó.
Un debate que vuelve una y otra vez
La discusión sobre el horario en Argentina no es nueva: a lo largo de su historia, el país ya modificó su huso en más de 50 oportunidades. Cada intento estuvo ligado a razones energéticas, sociales o de sincronización internacional.
Ahora, con la media sanción en Diputados, la iniciativa de Cobos suma un nuevo capítulo y dependerá del Senado definir si Argentina volverá a mover las agujas del reloj. Mientras tanto, el debate sobre la conveniencia de ajustar —o no— la hora sigue abierto y enfrenta dos posturas claras: la política que busca soluciones rápidas y la ciencia que pide coherencia a largo plazo.