El Trasmontaña 2025 volvió a reunir historias únicas y emotivas, y una de ellas fue la de Cristian Funes, que viajó desde Villa Constitución, Santa Fe, junto a su padre y su hija Lara. Más de 1.000 kilómetros los separan de Tucumán, pero la pasión pudo más que la distancia.
“Nosotros somos del llano, no estamos acostumbrados a las montañas. Hace 12 años que no corríamos aquí y volver fue todo un desafío. Estuvo difícil, áspero, hasta me caí y me llevé un recuerdo de barro en la pierna, pero nada grave”, contó Cristian, orgulloso de haber compartido la categoría Padre e Hijo. La carrera no fue sencilla, pero lograron completar el recorrido en 3 horas 40 minutos, disfrutando cada tramo. “Nos preparamos lo que nos permite el tiempo, porque por el trabajo se complica. Esto lo hacemos para divertirnos. Él -mi hijo- es más rápido; yo, el papá, un poco más lenteja, pero esta categoría hay que aprovecharla”, agregó entre risas, Roberto.
Lo más emocionante, sin embargo, no fue el cronómetro, sino el viaje en familia. “Vinimos todos: mi nuera, mi nieta, mi familia entera. Es un viaje especial, que queda en el corazón”, expresó. Lara, la más pequeña de la dinastía ciclista, también dejó su huella. “Corrí ayer en el Trasmontaña Kids y gané en la categoría Liebre de 6 años. Se me salió la cadena en la primera vuelta, pero mi papá me ayudó y pude seguir. Hice tres vueltas, la pasé muy bien y estoy feliz por mi papá y mi abuelo que corrieron hoy”, dijo la más pequeña. Tres generaciones unidas en la misma pasión: la bicicleta. Una verdadera postal del espíritu del Trasmontaña.