Un año y dos meses después de las amenazas que alteraron su futuro, la Justicia condenó a Marcos Natanael Sánchez a seis años y medio de prisión. Se trata del joven de 21 años que en mayo de 2024 baleó una estación de servicio en Rosario y dejó un mensaje contra Ángel Di María, justo cuando se debatía su regreso a Central. El fallo puso fin a un proceso judicial cargado de tensión y miedo en la ciudad.

Sánchez había aparecido en una moto robada junto a otro cómplice y disparó cuatro veces en el lugar. Aunque no hubo heridos, los clientes y trabajadores vivieron momentos de terror. Uno de los testigos declaró que una bala le pasó a centímetros del brazo. En el lugar quedó un cartel que decía “Te estamos esperando Di María”, firmado por un grupo autodenominado Los Rosarinos.

Tras ser detenido dos días después en las inmediaciones de Pellegrini y Circunvalación, se le imputaron los delitos de intimidación pública, portación ilegal de arma y robo agravado. La pistola utilizada fue una 9 milímetros, la misma con la que disparó contra la estación. Además, se lo vinculó al robo de una bicicleta y de la moto con la que cometió el hecho. La condena fue confirmada este 14 de agosto.

Las intimidaciones hacia el futbolista no empezaron allí. En marzo de 2024, la casa familiar de Di María en Rosario fue atacada en la madrugada con disparos desde un vehículo en movimiento. Los delincuentes arrojaron un mensaje escrito en el que amenazaban directamente a sus familiares y advertían que ni el gobernador Maximiliano Pullaro podría protegerlos. Aseguraban que no tiraban papelitos, sino plomo y muertos.

Un regreso marcado por la violencia en Rosario

Semanas más tarde, un mural en homenaje a Di María en el club El Torito, donde comenzó su carrera, fue vandalizado con aerosol y mensajes intimidantes. También aparecieron panfletos con cargadas hacia Rosario Central por sus descensos. Estos hechos alimentaron la incertidumbre sobre el regreso del Fideo al Canalla, que finalmente se concretó en medio de un clima enrarecido.

El fallo contra Sánchez no borra el temor por la violencia que atraviesa Rosario, pero sí representa un paso judicial en la serie de ataques que habían puesto en jaque la vuelta de Di María a su club de origen. Con la condena ya establecida, el futbolista continúa su camino en Central mientras la Justicia intenta dar respuesta a un problema que excede lo deportivo y golpea de lleno a toda la ciudad.