Marcela Vignoli
Doctora en Humanidades-docente UNT
Este perfil formó parte de la disertación “Género, ciencia y universidad a través de la trayectoria de Cecilia Grierson, primera médica de la Argentina”, a cargo de la Dra. Marcela Vignoli (Facultad de Ciencias Naturales e IML-Conicet). La actividad se realizó en el auditorio del Colegio Médico y estuvo organizada por la Academia Tucumana de la Salud, presidida por la Dra. Silvia Colombo, y por la Organización para las mujeres científicas en un mundo en desarrollo (OWSD), cuya presidenta es Virginia Albarracín.
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Durante la segunda mitad del siglo XIX algunas pocas mujeres accedieron a los estudios superiores en la Argentina de manera excepcional. Cecilia Grierson fue la primera médica, recibida en 1889 luego de presentar su tesis “Histero-ovariotomías efectuadas en el Hospital de Mujeres desde 1883 a 1889”, donde relata las once operaciones en las que le tocó asistir mientras era estudiante de Medicina y se desempeñaba como practicante interna y luego externa del Hospital de Mujeres (actual Hospital Bernardino Rivadavia).
Aunque en su tesis ella manifestaba “las dificultades que he encontrado en mi carrera han sido menos de las que esperaba”, es un hecho conocido y documentado que cuando solicitó su ingreso a la carrera de Medicina, si bien no hubo reparos, existía una exigencia que difícilmente una mujer pudiera cumplir. Consistía en tener aprobados niveles de latín que solo dictaba el Colegio Nacional.
En esa oportunidad dirigió una carta al decano de la Facultad de Medicina solicitándole que la eximieran de presentar el certificado que acreditaba sus conocimientos de latín, ya que la única institución que lo otorgaba era un colegio reservado exclusivamente a los varones. Este pedido fue denegado, y por lo tanto se inscribió de manera condicional, es decir que a la par de las materias de Medicina que debía estudiar, rindió los niveles de latín que la Facultad de Medicina requería.
Una vez recibida intentó ingresar a la cátedra de Obstetricia mediante concurso, sin embargo, este le fue denegado “(…) Fue únicamente a causa de mi condición de mujer que el jurado dio un extraño y único fallo: no conceder la cátedra ni a mí ni a mi competidor. Las razones y los argumentos expuestos en esa ocasión llenarían un capítulo contra el feminismo”.
Últimos días para hacer una maestría gratis en Irlanda con la Beca Cecilia GriersonEn mayo de 1899, Cecilia Grierson se embarcó rumbo a Europa, encomendada por el gobierno de Julio A. Roca, para recabar datos sobre las escuelas técnicas femeninas en diferentes ciudades europeas, informe que luego sería publicado y serviría para la implementación de la economía doméstica en el sistema educativo argentino. También participó del “II Congreso del Consejo Internacional de Mujeres” llevado a cabo en Londres en julio de ese año.
Práctica y prestigio
Durante su viaje, también se perfeccionó en ginecología y obstetricia a través de clases y de cursos que tomó con prestigiosos especialistas en la Facultad de Medicina, en hospitales y en clínicas de París. Legalizó su diploma y de ese modo pudo tomar algunas clases que se dictaban en la Universidad de París. Durante seis meses tomó cursos con los reconocidos médicos especialistas en ginecología y obstetricia Jean Pozzi, Théodore Tuffier, y también se especializó en las clínicas de los célebres Adolphe Pinard y Pierre Constant Budin.
“Ya creo que te conté que mis maestros y aún el célebre Dr. Pinard me han encontrado maestra en el ramo de la obstetricia y soy caballito de batalla de un curso de 25 médicos que nos hemos inscripto. Recién ahora cuando recibo los elogios en un país extranjero es que me indigna que mis compatriotas no me hayan hecho justicia cuando me presenté a ese concurso para obtener la sustitución de la cátedra. Pero al menos esta venida me habrá asegurado la materia y tendré el coraje de presentarme al concurso nuevamente, si se abre el año que viene”, escribía a su hermana Catalina el 2 de noviembre de 1899.
Sin embargo, a pesar de la especialización realizada en Europa y de su empeño, Cecilia nunca pudo ingresar mediante concurso a la mencionada cátedra en la Universidad de Buenos Aires. Sí abrió su consultorio particular en 1901, que estaba dedicado al tratamiento de afecciones nerviosas de los niños, mientras continuó dedicándose a la docencia en asignaturas como anatomía y ciencias.
En 1916, cuando se jubiló, no adjuntó ningún cargo como médica en su foja de servicios. Todos los cargos remunerados los obtuvo en el sistema educativo. En esa ocasión lo mencionó en su discurso: “nunca pude obtener la cátedra que me corresponde, ni ser médico jefe de sala o directora de algún hospital, ni tener un puesto dirigente de médico en las reparticiones educativas”.
En la trayectoria de Cecilia Grierson se entremezclan grandes logros con fuertes límites. Fue la primera médica argentina y se abrió camino en un mundo masculinizado, pero no pudo traspasar férreos límites impuestos por el Código Civil de Vélez Sarsfield de 1869 y celosamente custodiados por una sociedad patriarcal. Circunscribió el ejercicio de la medicina a cuestiones que pertenecían a la órbita femenina (como por ejemplo la niñez). A pesar de su sólida formación, empeño y decisión, no pudo obtener puestos directivos en el ámbito de la salud.
Los libros escritos por Cecilia Grierson
- “Histero-ovariotomías efectuadas en el Hospital de Mujeres desde 1883 a 1889” (Imprenta Mariano Moreno, 1889)
- “Masage Práctico en los ejercicios activos complementarios y un Atlas de Anatomía descriptiva y topográfica” (Imprenta Litog, 1897)
- “Educación técnica de la mujer. Informe presentado al Sr. Ministro de Instrucción Pública de la República” (Tipografía de la penitenciaría nacional, 1902)
- “Primeros auxilios en casos de accidentes” (Nicolás Manara, 1909)
- “Cuidado de enfermos” (Tragant, 1912)
- “Doctora Cecilia Grierson, su obra y su vida” (Tragant, 1916)
- “Primera y única colonia formada por escoceses de la Argentina” (Peuser, 1925)