Desde hace unos años viene tomando fuerza la subcultura de las llamadas “femcels”. ¿Quiénes son? El término deriva de “female” (femenino) y “celibacy” (celibato) y se refiere a aquellas mujeres que eligen voluntariamente no tener relaciones sexuales.
¿Por qué motivo? Experiencias pasadas y percepciones negativas en el ámbito de las citas y de los vínculos con hombres. Y también como una reacción a ciertas normas sociales que consideran injustas, principalmente en lo que hace a los estándares de belleza que les son exigidos por el hecho de ser mujeres.
Esta perspectiva incluye la creencia de que los hombres sólo se ven atraídos por mujeres desde un punto de vista físico y no sentimental (lo que rechazan). Por lo mismo, consideran que las poco atractivas de acuerdo al estereotipo dominante -donde ellas se ubican- están en desventaja para acceder a oportunidades sexuales y afectivas. Son críticas del mandato sociocultural de belleza femenina, definido como un rostro simétrico, labios carnosos y nariz, mandíbula y frente pequeñas y, en general, de apariencia juvenil (aún en la vida adulta). Afirman que estos estándares llevan a muchas a someterse a cirugías y tratamientos estéticos costosos, maquillaje y una determinada vestimenta.
Incels y femcels
Aunque este movimiento suele calificarse como la versión femenina de los “incels” o “célibes involuntarios”, son varias las cuestiones que los diferencian.
En primer lugar, los incels experimentan el celibato como una imposición (y no como una elección, lo que es el caso de las femcels). Por otro lado, las femcels tienden a ser reflexivas respecto de su situación y de las normas sociales existentes que condicionan las dinámicas vinculares (en cambio los incels culpan a otros y sobre todo a las mujeres por su sufrimiento y su abstinencia sexual).
En este sentido, ellos se muestran más tendientes a la victimización y la ira, mientas que ellas son más autocríticas. Por último, la comunidad femcel no ha estado -como los incels- ligada a actos de violencia.
Una representante
El año pasado, la actriz ítalo-estadounidense Julia Fox (expareja del rapero Kanye West) se convirtió en una representante de la movida femcel, al declarar que llevaba más de dos años sin tener relaciones sexuales.
En una entrevista explicó que lo hacía por razones políticas: su modo de protesta luego de la derogación de una sentencia que despenalizaba el aborto en Estados Unidos. Admitió que, al principio, extrañaba el sexo, pero que luego había logrado redirigir esos impulsos: “Es como dejar cualquier hábito, eventualmente lo olvidas y toda esa energía que ponías en el sexo la puedes poner en otras cosas”.