El celular es nuestra herramienta de conexión al mundo, un atajo de actualización constante y también una puerta de acceso a un universo que aunque intangible nos promete una gran cantidad de gratificaciones, lo que por último puede alterar la composición de nuestro cerebro, volviéndonos incluso adictos.
Cómo recuperar las fotos borradas de tu celular en simples pasosEl teléfono móvil es considerado como un imprescindible para movernos entre actividades cotidianas, que van desde el trabajo hasta una reunión con amigos. Nuestra vida se ve atravesada por este dispositivo que cambia nuestras maneras de ver y percibir el mundo. Este supone beneficios como la conectividad y la comunicación a la vez que una gratificación instantánea.
El celular puede contribuir a que nos sintamos mejor y esta es una experiencia compartida. Esto se debe a que las aplicaciones como las redes sociales y otros servicios permiten aprobaciones a través de “likes”, lo que provoca una mayor libreación de hormonas como la dopamina que con el paso del tiempo pued evolverse adictiva.
¿Por qué el teléfono genera adicción?
Y con estas gratificaciones instantáneas pueden suceder consecuencias poco deseadas, como el uso excesivo del mismo, atravesando actividades significativas como nuestras comidas, el trabajo, las interacciones sociales, cuando conducimos en nuestro vehículo e incluso el dormir, privándonos del sueño.
Esta adicción puede generar cambios en la composición química de nuestro cerebro, desarrollando enfermedades de mayor gravedad como la depresión y la ansiedad. Esto demuestra una investigación de la Universidad de Seúl, en Corea del Sur. En este estudio los jóvenes adictos a estas nuevas tecnologías presentaron índices significativamente superiores en depresión, ansiedad, insomnio severo e impulsividad que aquellos que realizaban un uso sano y controlado.
Un estudio realizado en la Universidad de Seúl reveló los efectos del celular en nuestro cerebro
"Cuanto mayor era el índice, más severa era la adicción", comentó Hyung Suk Seo, profesor de Neurorradiología del centro universitario con sede en Seúl y autor del estudio, sobre las pruebas realizadas a un total de 38 jóvenes y adolescentes, de los que la mitad había sido diagnosticada como adicta.
En la investigación, un grupo de 12 de ellos recibió terapia de comportamiento cognitivo durante nueve semanas, para luego comparar los resultados con su estadío anterior. Así se les realizaron exámenes antes y después del tratamiento para conocer los niveles de ácido aminobutírico (GABA), que inhabilita o ralentiza las señales cerebrales y que influye en algunas funciones como la ansiedad.
Así los resultados fueron categóricos. Las pruebas dieron cuenta que el nivel de GABA de aquellos adictos a la tecnología era mucho mayor que aquellos que no habían recibido terapia y los que no eran dependientes, lo que podía influir en efectos como la ansiedad y la somnolencia.