PISA, Italia.- La Universidad de Pisa, en la región italiana de la Toscana, ha decidido romper relaciones académicas con dos universidades de Jerusalén y Herzliya, como “gesto político dirigido al Gobierno del Estado de Israel”, según anunció la institución. Otras universidades habían bloqueado asociaciones con Israel.

“El Consejo de Administración resuelve, con carácter excepcional, a la luz del grave contexto internacional y de la dramática situación humanitaria en la Franja de Gaza, aceptar la solicitud formulada por el Senado Académico relativa a la interrupción de los acuerdos marco existentes con la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad Reichman”, dice el comunicado.

La decisión sigue a medidas similares adoptadas por otras universidades italianas y a la decisión de la Unión Europea de posponer cualquier decisión sobre acuerdos de asociación con Israel debido a las divisiones al respecto entre los 27.

La Universidad de Pisa explicó que la decisión no va contra universidades y estudiantes israelíes, sino que es “un acto de responsabilidad ética y civil, necesario por lo que parece ser una forma de limpieza étnica” en la Franja de Gaza, dijo el rector Riccardo Zucchi.

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Con motivaciones similares, a principios de mes, la Universidad de Padua aprobó una moción para denunciar las “violaciones sistémicas de los derechos humanos fundamentales del pueblo palestino”. La universidad se comprometió a no hacer acuerdos institucionales, ni renovar los existentes, con entidades israelíes que contribuyan “a perpetrar las graves violaciones del derecho internacional y al mantenimiento de la ocupación ilegal del territorio palestino.”

Desde la primavera de 2024 hasta mediados de 2025, las protestas recorrieron casi todas las principales universidades italianas, desde Milán hasta Palermo. La Statale de Milán suspendió las colaboraciones con Reichman y la Universidad Ariel, que también tiene su sede en una colonia judía de Cisjordania. La Universidad de Palermo rescindió todos los acuerdos con Israel y hubo protestas en Turín, Bolonia y Bari.

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Las acusaciones de “limpieza étnica” se elevaron de nuevo esta semana, tras las declaraciones del ultraderechista Amihai Ben-Eliyahu, que dirige el ministerio de Patrimonio de Israel, advirtió que “ninguna nación alimenta a sus enemigos” y que el objetivo es expulsar a los palestinos. “Toda Gaza será judía”, dijo Ben-Eliyahu.