Desde San Francisco, Córdoba, Marcelo Mangiafico lleva grabada en el alma y en la piel la pasión por Boca. A los 62 años, este ferviente hincha sigue recorriendo el país para alentar a su equipo, como lo hizo desde muy joven, cuando junto a su papá emprendieron una travesía inolvidable por toda la Copa Libertadores de 1978. Hoy estará presente para ver el partido entre el “Xeneize” y Atlético por los 16avos de final de la Copa Argentina.
“El recuerdo más grande que tengo fue ese viaje con mi viejo, en auto, siguiendo a Boca en toda la Libertadores”, cuenta Marcelo con la emoción todavía viva. Tenía apenas 15 años cuando empezó aquella aventura que no solo lo marcó como fanático, sino que se convirtió en una experiencia única que jamás olvidará.
Marcelo creció en una familia boquense de pura cepa. “Mi viejo ya era hincha de Boca, y yo lo soy de cuna”, dice orgulloso. Además, tuvo la oportunidad de conocer a Alberto J. Armando, un vínculo que dejó huella en toda la región. “Éramos amigos de él y gracias a eso nos hicimos todos hinchas de Boca en San Francisco, porque él se instaló en nuestra ciudad por varios años”, relata.
Esa relación también se tradujo en la fundación de la Peña de Boca en San Francisco, un espacio que reúne a los fanáticos del club y que se convirtió en un lugar de encuentro para la pasión “xeneize”.
Aunque simpatiza por Instituto de Córdoba, si tiene que elegir entre los dos clubes se inclina por el “Xeneize”. “Creo que hoy podremos dar vuelta la situación y volver a la victoria. Lo único que pido es que Cavani haga un gol. Es momento de que termine con la sequía y vuelva a darnos una alegría”, dijo.
Con el paso del tiempo, Marcelo siguió fiel a su hinchada, participando en agrupaciones como su peña, que organiza viajes a la Bombonera y otros destinos donde juega Boca. A pesar de los años, la camaradería y el sentimiento permanecen intactos.