El experimento electoral en la provincia de Buenos Aires no conoce aún de resultados y, por ende, tampoco de fórmulas probadas que garanticen el triunfo en las urnas. O el fracaso. El peronismo logró conciliar las posturas de los otrora irreconciliables Axel Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Hasta el revolucionario Juan Grabois terminó dentro del acuerdo, que busca frenar la ola violeta que ocupó las amarillentas playas porteñas en los comicios de la Ciudad de Buenos Aires. Más que oleaje, aquellos comicios se parecieron a un tsunami que destrozó al PRO y lo sumió en la supremacía libertaria. Los peronistas no quieren que les suceda lo mismo en su bastión principal: la provincia de Buenos Aires. Por eso ahora van todos juntos.

Por motivos diferentes, pero con igual objetivo, el PRO y La Libertad Avanza (LLA) caminan juntos en territorio bonaerense. En los pagos de Jorge Macri disputaron los votos mano a mano, entre agravios y tironeos, pero en la provincia caminan pegados. A los peronistas parece unirlos el espanto, mientras que a los otros, la ambición de borrar cualquier vestigio kirchnerista.

Como Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires, lo que sucedió en aquellos pagos repercutió en estos lares. Juan Manzur habría reaparecido el 9 de Julio con la misión de apaciguar las aguas en el peronismo que preside. Eso le habría pedido la expresidenta Cristina Fernández: que el ejército de Perón se una para enfrentar a las fuerzas del cielo. Esa faena sigue en curso y tampoco se avizora un resultado concreto. Manzur y su sucesor, Osvaldo Jaldo, volvieron a verse la semana pasada y quizás se reúnan otra vez en estos días con el PJ como escenario unificador.

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Una encuesta que difundió la consultora de Julio Burdman -que habría sido encargada por “simpatizantes” de LLA- muestra un escenario de cuasiparidad entre el partido del presidente Javier Milei y el peronismo unido en nuestra provincia. De allí el interés en que el justicialismo no se parta, como para no dar ventajas a los libertarios.

Volviendo a cómo se vuelca al interior lo que sucede en el principal distrito electoral del país, en Tucumán también se terminó sumando lo que queda del PRO a la tropa libertaria. Ayer, en LGPlay, el ex presidente del partido en Tucumán, Ramiro Beti, confirmó que el interventor del PRO en la provincia, Alejandro Finocchiaro, avisó que ambas agrupaciones irán juntas. O más bien, lo que queda de ello. En este caso, el partido que supo fundar Mauricio Macri gravita poco y nada en cuanto a peso electoral, a diferencia de lo que sucede en Buenos Aires.

Otra visión

Volviendo a los números, en las huestes del oficialismo provincial y entre dirigentes de otros partidos opositores observan con cuidado algunos resultados de las consultoras de opinión. Si bien hay cierto acuerdo en que existe un escenario de polarización entre LLA y el peronismo, coinciden en que se menosprecian algunas cifras. Por ejemplo, entienden que se subestima el aparato de la Casa de Gobierno, que debería traccionar un buen par de puntos a favor de Jaldo, si es testimonial, o de la nómina que él designe. Desde el radicalismo, en tanto, están convencidos de que Roberto Sánchez hará una buena elección, de la mano de la elevada imagen positiva que mantiene y del recuerdo como buen gestor que dejó durante su paso como intendente de Concepción.

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De ser así, la polarización ya no sería tal y entraría esta tercera fuerza en escena, con la posibilidad de que el resultado sea menos homogéneo y termine inclinando la distribución de las cuatro bancas en diputados que están en juego de otra manera.

En esa matemática también se meten otros actores. Por ejemplo, la pregunta es cuántos puntos sacará Fuerza Republicana. ¿Se los restará a LLA o a los radicales? Ricardo Bussi supo jugarse por Milei cuando muchos observaban que las chances de que el economista llegase a la presidencia eran casi nulas. Al poco tiempo, el legislador perdió influencia en el entorno presidencial, Lisandro Catalán se ubicó en la cabecera del armado del partido libertario y finalmente se alejó despotricando contra el vicejefe de Gabinete del Interior, aunque ratificando su “cariño” por Milei.

Otro tanto sucede con Mariano Campero, el “héroe” que salvó a Milei en Diputados, quien pegó un portazo de la UCR cansado de las internas y ahora se debate entre apoyar a su amigo Sánchez, mezclarse con los violetas o declararse prescindible. El ex intendente de Yerba Buena podría sumar puntos interesantes para uno. O restarles a otros.

Por el lado de los libertarios, Catalán mantiene la incógnita sobre si será él o Manu Guisone quien encabece la lista de candidatos a diputados. El vicejefe de Gabinete aguarda el guiño o el pulgar hacia abajo de los Milei, aunque barrunta que el dirigente de la fundación Federalismo y Libertad estará primero en la nómina en caso de que su postulación se caiga. Los nombres de Monserrat Acosta y Soledad Molinuevo son los de las mujeres que suenan con fuerza. Otro candidato podría ser el experto en seguridad Federico Pelli. Existe una definición que por ahora parece que no se modificará: no habrá alianza ni con radicales ni con CREO.

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Los caballitos de batalla de los libertarios serán lo relacionado con la institucionalidad y con cómo gasta el dinero el Estado provincial. La encuesta de Burdman arroja que un 60,4% de los tucumanos aprueba la gestión de Jaldo, pero que un 51,8% está en desacuerdo en que sea candidato testimonial. Por otra parte, casi un 90% está a favor de una eliminación total de los acoples, aunque eso implique una reforma constitucional, y más de un 80% respalda que se limiten. También un 90% apoyaría que se limite por ley la cantidad de asesores en la Legislatura y más de un 50%, que se supriman ministerios y secretarías. En ese malestar social que llevó a Milei al poder se apoyará la campaña libertaria.

Cambio de paradigma

La falta de definiciones y de claridad en cómo enfrentar las elecciones de octubre se sustenta en ese cambio profundo que produjo el fenómeno Milei en la “clase política”, que no sabe si algún paso en falso puede colocar a dirigentes o partidos en el lugar de “casta” o si lo que deberían hacer es enfrentar a ese hombre que desde la Casa Rosada insulta y recorta a jubilados y universidades. Muchos otean el horizonte con la mirada perdida, con el ritmo distraído de un silbido tenue esperando que las cosas pasen.

Pero, como en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), los que hoy se guardan por temor a arriesgar pueden terminar perdiéndolo todo de cara a 2027. Y son varios en el oficialismo y en la oposición los que hoy se meten las manos en los bolsillos. ¿El que no arriesga no gana?