Luego de que el presidente de la Nación, Javier Milei, calificara de “traidora” a su vicepresidenta, Victoria Villarruel, tras la aprobación en el Senado de los proyectos previsionales y el aumento de recursos a las provincias, el debate sobre la relación entre las fórmulas presidenciales volvió a instalarse entre politólogos y especialistas.

En perspectiva histórica, desde 1983 -año en que retornó la democracia-, casi todos los vicepresidentes mantuvieron conflictos con los presidentes que integraron sus fórmulas. Solo uno logró sostener una lealtad plena y sin sobresaltos hacia el Ejecutivo: Víctor Martínez, quien acompañó a Raúl Alfonsín entre 1983 y 1989. En contraste, el resto protagonizó enfrentamientos, rupturas o escándalos judiciales, aunque con matices.

Menem y De la Rúa

Uno de los primeros casos relevantes fue el de Carlos Menem. El entonces presidente peronista eligió a Eduardo Duhalde como su vice para enfrentar en la interna partidaria a Antonio Cafiero y José Manuel de la Sota. Duhalde formó parte del Poder Ejecutivo entre 1989 y 1991, pero renunció para asumir como gobernador de la provincia de Buenos Aires. A partir de allí, las tensiones entre ambos se acrecentaron, sobre todo cuando Menem expresó su intención de buscar la reelección en 1993. Ese enfrentamiento por el liderazgo del PJ se prolongó durante más de una década. Además, en los últimos años del segundo mandato de Menem, su entonces vicepresidente Carlos Ruckauf se expresó abiertamente en contra de una eventual “re-re” elección. “Estoy en contra de que se viole la Constitución, que es sumamente clara. La Corte Suprema no tiene ningún fundamento jurídico para habilitar un tercer mandato”, sostuvo Ruckauf, desmarcándose del presidente.

“Todo se vuelve descartable”: el sugestivo mensaje de Villarruel por el Día del Amigo en plena crisis con Milei

Por otro lado, a comienzos del siglo, se produjo una renuncia histórica: el 6 de octubre del 2000, Carlos “Chacho” Álvarez dejó su cargo de vicepresidente en el gobierno de Fernando De la Rúa. La decisión se dio en medio de denuncias por corrupción en el Congreso, vinculadas a la aprobación de la Ley de Reforma Laboral. “Chacho” acusó al oficialismo de pagar coimas en el Senado y desde entonces se retiró de la función pública.

Quiebres en la fórmula presidencial: la mirada de expertos

Con la llegada del kirchnerismo, las fricciones internas no desaparecieron. En 2003, Néstor Kirchner eligió como vice a Daniel Scioli, pero pronto comenzaron los cortocircuitos. Apenas asumido, el presidente desplazó a funcionarios ligados al ex motonauta de la Secretaría de Turismo. Además, Scioli se desmarcó de la gestión kirchnerista en temas como la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y el aumento de tarifas a empresas privatizadas. Más adelante, Cristina Fernández de Kirchner optó en 2007 por Julio Cobos como su compañero de fórmula, con el objetivo de consolidar una alianza “transversal” con sectores del radicalismo. Sin embargo, esa sociedad política se quebró cuando, en medio del conflicto con el campo, Cobos emitió un “voto no positivo” que impidió la aprobación de la Resolución 125, que establecía retenciones móviles para el sector agropecuario.

A continuación, durante el gobierno de Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti perdió protagonismo rápidamente y quedó relegada frente a otros actores con mayor peso dentro del PRO. Su participación política fue limitada y su incidencia en la toma de decisiones resultó marginal a lo largo de los cuatro años de gestión.

Francos admitió que la pelea entre Milei y Villarruel instaló una "crisis política en el Gobierno"

En la presidencia de Alberto Fernández, los roces con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, también marcaron el rumbo político. Tras la pandemia, en 2021, el mandatario enfrentó su primera gran crisis interna cuando cinco ministros que respondían directamente a CFK presentaron su renuncia. A partir de allí, la tensión fue en aumento, con reproches públicos y publicaciones en redes sociales por parte de la expresidenta, cuestionando abiertamente la gestión de Fernández.

Finalmente, en la actual administración libertaria, las diferencias entre Milei y Villarruel se hicieron visibles incluso antes de asumir. Durante la campaña, algunos afiches insinuaban que la candidata a vice tenía aspiraciones propias. Ya en funciones, se esperaba que Villarruel tuviera influencia en áreas como Seguridad y Defensa, pero el presidente eligió a Patricia Bullrich y Luis Petri para esos cargos. Desde entonces, la relación entre ambos tuvo varios momentos tensos, incluyendo críticas públicas del presidente hacia su vice por aumentos a senadores aprobados en la Cámara alta.