Aquiles Amargós tiene sólo 15 años, pero ya pisa fuerte en el mundo de las artes marciales. Es hijo de Miguel Amargós, histórico karateca tucumano que se consagró con una medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Hoy, ese legado se proyecta con fuerza en Aquiles, que ya tiene logros importantes a nivel nacional y sueña con llegar a la elite mundial.
Cinturón negro en Striking MMA, cinturón marrón en karate shotokan y cinturón azul en jiujitsu, Aquiles no para de entrenarse ni de competir. Es tricampeón argentino de karate, campeón del norte argentino de jiujitsu y de MMA, y mantiene un invicto de 3-0 como peleador profesional.
Actualmente se prepara para competir por el título latinoamericano de One Karate Fighter, que se disputará el 19 de julio en Río Negro. Además, ya tiene en vista el Torneo Argentino de Karate Shotokan y, dependiendo del resultado, podría viajar próximamente a España o Brasil.
A pesar de su corta edad, habla con la madurez de un deportista que sabe lo que quiere. “Me va bien. Estoy preparándome para el torneo del 19, entrenándome y preparándome física y mentalmente también”, contó Aquiles en una entrevista con LA GACETA. “Empecé a entrenarme a los cuatro años por mi papá. Siempre lo vi arriba del tatami, y eso me inspiró. Sabía que quería hacer lo mismo”, cuenta.
La pandemia le puso una pausa momentánea a su camino, pero no lo detuvo. “En 2020 recién arrancábamos con Karate y nos agarró la pandemia. Tuvimos que cerrar, pero seguimos entrenándonos en casa”, recuerda.
Fue después de la pandemia, en 2021, cuando se enfocó definitivamente en las artes marciales mixtas. “Desde ahí ya no paré. Quiero llegar a la UFC y ser campeón. Ese es mi sueño, mi misión”, dice esperanzado.
El entrenamiento para Aquiles es constante. “Entreno todos los días, en tres turnos. Hago parte física, técnica y también combino con jiujitsu, judo y boxeo. Me gusta tener varias herramientas y ser un peleador completo”, dice.
Aunque su disciplina favorita sigue siendo el karate, compite también en torneos de jiujitsu y se prepara para sumar experiencia en boxeo y judo.
La influencia de su padre es clave. Miguel es su entrenador, pero también su referente. En su momento, tomó la difícil decisión de ingresar a Karate Combat por un motivo muy personal. “Fue muy duro tomar esa decisión, pero no podía ser egoísta. El día que mi hijo me llamó porque necesitaba unos botines para jugar al fútbol y yo no tenía plata para comprárselos, acepté la propuesta que me había llegado. Porque me da la chance de solventar mi carrera deportiva y darle un mejor futuro a él”, confesó Miguel en una entrevista hace algunos años, aunque Aquiles finalmente no se dedica al fútbol, sigue ligado al deporte y tras los pasos de su papá.
Hoy, padre e hijo entrenan juntos. “Me preparo con mi papá, pero también con otros profesores; no hacemos todo solo. Además me preparo en jiujitsu, judo, boxeo. Todo suma”.
La disciplina es parte de su vida cotidiana. “A veces dejo de salir o de juntarme con amigos por los entrenamientos. Pero no me pesa porque sé que esto es lo que quiero”, dice con confianza.
Aquiles tampoco olvida su formación académica, y aunque el deporte ocupa muchas horas de su día, también le dedica tiempo a los estudios. “Me está yendo bien. Hago las tareas y rindo. Mis padres no me exigen tanto con la escuela, pero yo me organizo para cumplir con todo”, comenta.
El deporte es su prioridad, pero también entiende la importancia de prepararse en todos los ámbitos. A pesar de su juventud, tiene claridad en sus objetivos. “Mi sueño es llegar a la UFC. No sé si en cinco años, en 10 o cuándo, pero sé que voy a llegar. Para eso me entreno todos los días. Con disciplina, esfuerzo y constancia sé que es posible”, finaliza.
Con la mirada puesta en Río Negro y con una carrera que no deja de crecer, Aquiles es una de las grandes promesas de las artes marciales en Argentina. Su nombre ya retumba en los torneos locales y su determinación lo perfila como una figura a seguir bien de cerca.