Maximiliano Salas atraviesa un momento delicado en plena concentración con Racing en Paraguay. Tras anunciar su intención de no renovar contrato con el club (posiblemente para llegar a River), comenzaron a surgir situaciones preocupantes: insultos en redes sociales, divulgación de datos personales y hasta amenazas dirigidas a su familia.

El futbolista de 27 años se vio obligado a restringir los comentarios en su cuenta de Instagram por la avalancha de mensajes hostiles. Pero la tensión escaló cuando se filtró su número de teléfono y la dirección de su vivienda. La situación se tornó aún más grave al conocerse que su esposa también recibió mensajes intimidantes, evidenciando el malestar de un sector de la hinchada académica ante la posibilidad de que Salas vista la camiseta de River.

Por ahora, no ha habido una propuesta formal ni de River ni de otro club, aunque su posible salida ya genera revuelo tanto dentro como fuera del terreno de juego. Salas tiene contrato vigente con Racing hasta finales de 2026, y desde el entorno del club insisten en que no aceptarán menos que el valor de su cláusula de rescisión: 15 millones de dólares o 8 millones de euros.

Mientras se define su futuro, Racing continúa con su preparación en tierras paraguayas. En el amistoso frente a General Caballero, Salas formó parte del equipo alternativo, dejando en claro que Gustavo Costas ya comienza a delinear un equipo titular sin contar con él. En ese segundo compromiso, Racing se impuso 3-2 con un once integrado por Cambeses; Mura, Colombo, Sosa, Conti, S. Quirós, Barrios, Nardoni; Richard, Salas y Balboa.

La novela sobre el destino del atacante correntino apenas comienza, pero el impacto emocional y deportivo ya es palpable en la Academia.