Las conclusiones son el comienzo. Así podría definirse lo abordado en la mesa “Energía 4.0: transformación tecnológica para un futuro sostenible”, dentro de Experiencia Innovación Sostenible, la jornada organizada por LA GACETA.
Cada aporte de los expositores sirvió de complemento a la idea del otro, lo que evidencia una sinergia necesaria para alcanzar los objetivos trazados. Estamos en un desafiante tiempo de cambio y así quedó evidenciado por parte de los invitados.
“El desafío es comunicarnos, relacionarnos y no tener el prurito de no animarse, Hay que romper la zona de confort y buscar alternativas, pero no lo podemos hacer solos sino con un modelo asociativo y colaborativo, con una vinculación asertiva. La invitación a participar es clara porque tiene un beneficio económico y de calidad de vida en la sociedad”, aseveró Ramiro Casóliba, coordinador del INTI NOA.
La experiencia de Alexis Masson (Kinetic Corp, de Córdoba) le lleva a impulsar la importancia de “aprender y entender cómo llevar los cambios en el día a día”; mientras que el tucumano Walter de Marco (Decu3) invitó a todos los interesados “a interpelarse en lo personal y en sus organizaciones, porque hay muchas soluciones al alcance de la mano que nos están esperando para que las encontremos”. En definitiva, como precisó Germán Mansilla (Telecom) “hay que romper el miedo al cambio y atreverse a probar cosas nuevas”
Para llegar a esa síntesis, cada uno explicó los procesos que encaran sus organizaciones. Casóliba reconoció que el INTI “es un espacio cuestionado actualmente, que vive un momento desafiante donde es determinante el uso de la tecnología de las comunicaciones y la informática, que se va metiendo en la vida cotidiana, en cuestiones como alimentos, medio ambiente y energía”. “La tecnología del conocimiento tiene como foco el ser humano. Nos planteamos el aprovechamiento integral de la energía solar, del biogás y de los desechos agroindustriales, con eficiencia para que tengan menos impacto, porque estamos en límites que no se conocían”, señaló, y agregó la importancia de la formación en Tucumán de personal especializado en biomasa para un laboratorio de certificación que será líder regional.
Así, reivindicó la existencia de “datos en tiempo real que nos permiten tomar decisiones con nuevas aplicaciones; el desafío es sentirnos el centro de los nuevos paradigmas”. Utilizar energéticamente los desechos de poda, maderas de diferente tipo o cascarillas es una opción concreta “que no se cuantifica aunque tienen un valor energético y económico”, advierte. “No lo hacemos solo, articulamos con la UNT y la Estación Experimental Obispo Colombres para ser realmente protagonistas en este cambio 4.0 junto a las empresas que deben tomar decisiones y a los gobiernos que son clave en lo legal y regulatorio. Porque al pensar en energía, debemos pensar en una integralidad para mejorar el proceso desde el diagnóstico, ver los consumos altos, incorporar otras fuentes, estudiar el uso racional del agua y de la materia prima, para que todo sea eficiente”, subrayó.
“Nos inspira la filosofía japonesa de la mejora constante, con cambios cortitos en el tiempo que se hacen grandes al final. Es un cambio cultural. La tarifa alta llegó para quedarse, y el órgano más sensible es el bolsillo. Por eso, desde chicos debemos empezar a cambiar, no dejar tv, la luz o la calefacción prendidas, y eso abarca a los empleados en industrias y comercios “, advirtió.
Nuevos paradigmas
Massón reivindicó la importancia de “cambiar paradigmas a través de la tecnología, con el internet de las cosas, dispositivos analógicos que puedan trabajar datos en forma inteligente y en tiempo real, que nos permite conocer los picos de consumo y fomentar la idea del prosumidor, el ser consumidores y productores al mismo tiempo, lo que es posible con el abaratamiento de paneles solares, por ejemplo”. Sin embargo admitió que existen “barreras tecnológicas y legislativas complejas, como que para montar un panel tengo que tener aprobación y un instalador, lo que demora tiempo, cuando el desafío es bajar costos”.
“Desarrollamos productos basados en Inteligencia Artificial que antes costaba mucho más esfuerzo y hoy tenemos herramientas que nos facilitan todo para nosotros y para los clientes”, añadió. En ese marco destacó la importancia de las decisiones cotidianas, como elegir cuándo prender el lavarropas, para lo cual se pueden generar tarifas diferenciadas en horarios de bajo consumo.
“Toda transformación sostenible, abarca lo cultural -alertó De Marco-. Hay una necesidad de tomar conciencia y de una racionalidad colectiva, de una forma más eficiente de usar la energía, con sistemas inteligentes, IA, fuentes renovables, para un futuro descentralizado y sostenible, que abarque a todos los territorios. Hay que tender a que los usuarios eléctricos sean productores y no solo consumidores, reduciendo nuestra dependencia y empoderándolos, mientras se genera conciencia sobre el consumo no gestionado en forma correcta y se reduce demanda y presión sobre el sistema, lo que permitirá reducir inversiones y alcanzar una mejor matriz energética”.
“Un usuario informado es más eficiente en los recursos, en todos los estratos de la sociedad y de la ciudadanía. Nos faltan prácticas novedosas, sigue habiendo mucho desconocimientos. El potencial está por explotar”, anunció.
Mansilla identificó a Telecom “como una empresa líder en sistema digital, en un negocio que necesita incluir la sustentabilidad, la responsabilidad y las oportunidades para desafiarnos a reducir impactos junto a nuestros clientes con la tecnología como estandarte junto con su uso responsable y la innovación constante”.
“Somos un actor importante en colaboración, y buscamos potenciar desde ese lugar. En energía, acompañamos el concepto de pasar de lo reactivo a lo predictivo en sucesivas capas y ya muchas empresas lograron reducir los impactos ambientales en sus actividades. En Telecom, el 35% de nuestra energía viene de renovables, y crecemos en paneles solares en nuestras instituciones, en un proceso que nos obliga a una interpelación en lo personal y en los ámbitos que nos tocan intervenir con cambios culturales”, subrayó.
Comunicación entre sectores
Una ronda de preguntas general apuntó a la formación necesaria a futuro. Casaliba reclamó “fomentar a los niños el espíritu de aprender matemáticas; si no, no llegaremos a la ingeniería”; mientras que De Marco pidió expertos en “con un perfil generalista, que puedas integrar todo, con capacitación y acceso a los datos, para mejorar y evaluar resultados, adquisición de datos en tiempo real sobre cómo consumimos energía y dónde están las posibilidades de mejorar en un proceso transformador que sea sostenible en el tiempo, con diseñadores y desarrolladores que incorporen herramientas para el resultado”.
“Es fundamental la comunicación entre sectores privados, públicos y la academia para que se generen profesionales que conozcan los temas importantes para el sector. El perfil del egresado será tecnológico, que sepa de conectividad de dispositivos, de redes que soporten alto tráfico, del manejo de la big data, de ingenieros de servidores de nubes, de Inteligencia Artificial, que puedan generar modelos de pronóstico a futuro, predecir fallas y sepan de estadísticas, y expertos en gestión de proyectos y en ciberseguridad para que la red no sea vulnerable”, planteó Masson.
Mansilla aportó: “en Telecom tenemos academias de formación de los jóvenes para el desarrollo de talentos, pensando en las funciones digitales que necesitan nuestros clientes para reducir consumos y recursos en espacios virtuosos para esa construcción colectiva”.