Una reunión de Control Ambiental en el Concejo Deliberante evidenció las rispideces entre ediles de la Capital y miembros del gabinete municipal.
Opositores reclamaron que Julieta Migliavacca, secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, faltó el respeto y cruzó a un concejal por recientes críticas a la gestión. En el oficialismo, en tanto, afirmaron que se busca “polemizar” con maniobras políticas.
La normativa vigente prevé que, junto al informe trimestral elaborado por el municipio, se realice una presentación de los puntos de avance en materia ambiental en la Capital. La exposición estuvo a cargo de Migliavacca y de Luciano Chincarini, secretario de Servicios Públicos.
Del otro lado los recibieron Argañaraz, que preside la comisión de seguimiento de la emergencia; Ana González y Carlos Ale (PJS); Emiliano Vargas Aignasse y Ernesto Nagle (Peronismo de la Capital); Gastón Gómez (Libres del Sur); José María Canelada (Unión Cívica Radical); y Alfredo Terán (Fuerza Republicana).
Los momentos de tensión se produjeron luego de que los funcionarios municipales explicaran los ejes centrales del reporte febrero-abril. El cruce giró en torno al reclamo que hizo Argañaraz en las últimas semanas sobre “ocultamiento de datos” a la Municipalidad: el edil sostenía que había 170 basurales no reconocidos por el portal de información de la gestión de Rossana Chahla.
Un juez federal pide informes sobre el control de la contaminación ambiental“Fue una reunión productiva, pese a los enojos de la secretaria de Ambiente en relación a la denuncia que hice hace un mes”, consideró Argañaraz. Afirmó que la funcionaria se mostró molesta por las recomendaciones que hizo. “Durante la reunión de comisión se tomó de forma personal la crítica a los reclamos, por el relevamiento que se realizó. Pero si nosotros no contamos los basurales, lo que termina pasando es que la intendencia se miente a sí misma sobre cuál es la situación real; eso no es sano para los vecinos”, planteó el concejal.
La alfarista González acompañó las quejas de Argañaraz. “Los funcionarios deben entender que van a la casa nuestra (por el Concejo), lo que implica rendir cuentas. Los concejales somos nosotros, seamos opositores u oficialistas, y somos el contralor del municipio. Ellos tienen que ajustarse a la normativa; al presidente de la comisión no le pueden faltar el respeto”, lanzó.
Además, adelantó una objeción al informe trimestral que presentó el equipo municipal. En las últimas páginas del escrito, el Ejecutivo menciona la compactación de vehículos municipales en desuso: se indica que el objetivo es garantizar la adecuada disposición final de los objetos y evitar la contaminación. “Veo un informe totalmente vago frente a lo que significan los bienes patrimoniales de la Municipalidad, y cuando pregunté, la secretaria no sabía responder. Si envían un informe de esas características, que adjunten los papeles correspondientes con el procedimiento administrativo que se realizó”, dijo.
“No busco polémica”
Del lado municipal, la discusión tuvo un tenor más bajo. Migliavacca contó su versión y dijo que ella refutó a Argañaraz cuando hablaba de que el propósito de la reunión era intercambiar ideas y propuestas de forma constructiva. La funcionaria le habría reprochado que las quejas sobre los basurales detectados se hicieran a los medios de comunicación y no a la oficina de Ambiente.
“Le dije que sí tenían que primar las recomendaciones, pero que hay que ser coherentes”, agregó Migliavacca, remarcando que “no estaba molesta”. “Quizás él me sintió así porque yo voy a defender mi trabajo. En esta gestión, de la mano de la intendenta y de todo el equipo, hacemos grandes esfuerzos. Así como cuando nos dijo que nos apuremos con la exposición porque nos íbamos a ir después de las 13 (la reunión comenzó pasadas las 11 y terminó luego de las 14) y yo le dije que no tendría drama en quedarme más tiempo porque trabajo ‘24/7’”, apuntó.
Sobre el encuentro en general, la funcionaria agradeció la predisposición del resto de los presentes porque “fue un intercambio muy positivo”. “Yo no estoy buscando polémica; yo busco trabajar y hacer políticas públicas para lograr cambios ambientales significativos en la ciudad”, dijo.
El oficialista Vargas Aignasse señaló que la discusión se desató en un momento puntual de la reunión, sin mayores inconvenientes. “Julieta le mostró una carpeta con imágenes de todos los lugares que él decía que eran basurales y que se chequeó que no lo eran. Ahí yo tomé la palabra y le dije que él se había equivocado, y que cuando él hace un planteo como ese de manera individual, está claro que es para sacar ventaja política, porque era un trabajo que tenía que hacer la comisión”, manifestó. Y reiteró la sugerencia de que Argañaraz debería dejar la presidencia de la comisión de basurales. “Si lo que quiere es tener oportunismo político en una posición que tiene que ser superadora, que dé un paso al costado”, insistió.