La escalada del conflicto entre Israel e Irán ha dejado un trágico saldo de víctimas, luego de una serie de ataques cruzados iniciados el viernes pasado.

Según informaron los servicios de emergencia israelíes, al menos 10 personas murieron y más de cien resultaron heridas en la noche del sábado tras un ataque con misiles lanzado desde Irán. Entre las víctimas se cuentan cuatro mujeres de una misma familia en la localidad de Tamra, al norte de Israel, y seis personas -incluidos dos niños- en la ciudad de Bat Yam, en el centro del país.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, visitó las zonas afectadas y advirtió que Irán pagará “un precio muy alto” por los ataques contra la población civil. A su vez, pidió a los ciudadanos seguir estrictamente las instrucciones de seguridad emitidas por las autoridades.

Los ataques iraníes fueron una respuesta a una ofensiva israelí previa, enmarcada en la denominada Operación "León Naciente", que comenzó el viernes. Según el ejército israelí, esta operación tuvo como blanco infraestructuras militares, incluido un supuesto sitio vinculado al programa nuclear iraní y un depósito de petróleo. Es la primera vez que Israel ataca directamente infraestructura energética iraní.

Medios iraníes, citando al Ministerio de Salud, reportaron que hasta el mediodía del sábado los ataques israelíes habían causado 128 muertos y unos 900 heridos. La portavoz del gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, confirmó el domingo que al menos 30 mujeres y niños han perdido la vida en los últimos tres días. Un balance anterior, ofrecido el viernes por el embajador iraní ante la ONU, cifraba en 78 los muertos y en 320 los heridos, en su mayoría civiles.

Israel sostiene que sus bombardeos apuntan exclusivamente a instalaciones militares y nucleares. Sin embargo, la falta de acceso de periodistas extranjeros a territorio iraní dificulta la verificación independiente de los daños, consignó el sitio de la cadena internacional BBC.

En su contraofensiva, Irán lanzó decenas de misiles balísticos contra el norte y el centro de Israel, declarando que se trataba del inicio de una “respuesta aplastante” a la agresión israelí. El domingo, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron haber atacado más de 170 objetivos y dañado 720 componentes de infraestructura militar iraní.

Ese mismo día, el ejército israelí comenzó a enviar advertencias en idioma farsi a los habitantes de Teherán que viven cerca de los objetivos militares, pidiéndoles evacuar las zonas de inmediato. En un mensaje publicado en la red social X, las FDI alertaron:

“Todas las personas que se encuentren en fábricas de producción de armamento militar o sus alrededores deben evacuar inmediatamente. Su presencia en esas áreas pone en riesgo sus vidas”.

El presidente de Israel, Isaac Herzog, describió el domingo como “una mañana muy triste y difícil”, destacando que los ataques iraníes causaron víctimas entre “judíos y árabes, ciudadanos israelíes y nuevos inmigrantes, incluidos niños y ancianos”.

Desde Teherán, el canciller Seyyed Abbas Araghchi afirmó que los ataques cesarán si Israel detiene su ofensiva. En una reunión con diplomáticos, acusó al Estado israelí de haber violado el derecho internacional al atacar instalaciones nucleares. Por su parte, el presidente iraní, Masoud Pezeshkian, advirtió que Irán responderá con mayor severidad si continúa la ofensiva israelí.

Aunque Estados Unidos ha declarado que no participa en los ataques israelíes, Irán instó a Washington a “asumir su responsabilidad” y condenar la ofensiva. Este recrudecimiento del conflicto ha puesto en duda la viabilidad de una sexta ronda de negociaciones nucleares entre Irán y EEUU, que estaba prevista para este domingo.