A 10 años de la primera marcha masiva bajo el lema “Ni Una Menos”, referentes del feminismo en Tucumán reflexionaron sobre los avances logrados desde 2015 en la lucha contra la violencia de género. Además, remarcaron la necesidad de un mayor compromiso por parte de los gobiernos nacional y provincial, y exigieron mayor celeridad del Poder Judicial frente a las denuncias de las víctimas.

El aumento de femicidios en Argentina durante 2015, y en particular el caso de Chiara Páez -una adolescente de 14 años, embarazada y asesinada por su novio- encendió la alarma social y desató una movilización masiva de mujeres en todo el país. En ese contexto, el rol de las comunicadoras y periodistas feministas fue fundamental para que la consigna se expandiera a nivel nacional. “Utilizar el concepto de ‘Ni Una Menos’ caló muy hondo en la sociedad, se instaló y hoy sabemos a qué se refiere. Logró condensar una lucha y el reclamo a la sociedad, a las instituciones, al Estado de que no queremos más violencia”, explicó la periodista y militante feminista Milagro Mariona. Luego, destacó que la convocatoria del 3 de junio de 2015 marcó un antes y un después por su masividad y alcance. “Fue un punto de inflexión, porque se habló sobre Ni Una Menos en las calles, en las redes sociales, en las escuelas, en los puestos de trabajo, fue muy transversal, y eso transforma a la sociedad, es mucho más que las leyes”, comentó.

Cambios y retrocesos

Para las referentes del feminismo, desde 2015 hasta hoy se lograron avances importantes en términos de legislación y políticas públicas. Sin embargo, advierten que aún persisten deudas fundamentales, como la falta de inversión en refugios, atención en salud mental y el actual recorte presupuestario. En ese sentido, apuntaron al gobierno de Javier Milei por el desfinanciamiento y el estigma que -según señalan- recae sobre los movimientos feministas. “Hubo avances, como la sanción de la ley 26.485 que reconoce una vida libre de violencias, tal como señala la Convención Americana Belém Do Pará, que fue ratificada a través de la ley 24.632 y la ley 8.004 en Tucumán”, expresó Soledad Deza, integrante de la Fundación Mujeres x Mujeres.

A pesar de esos logros, la profesional advirtió que otras formas de violencia se intensificaron en la provincia y requieren una respuesta estatal urgente. “En Tucumán hay desabastecimiento de anticonceptivos, de preservativos y de tratamientos farmacológicos. Decidir si tener hijos, cuántos y con qué intervalo entre cada nacimiento es un derecho humano de las mujeres y personas gestantes. Entonces, un Estado que no asegura educación sexual integral, que no garantiza el acceso a métodos anticonceptivos y el aborto en los casos permitidos por la ley, es un Estado que ejerce violencia contra la libertad reproductiva”, resaltó.

Victoria Disatnik, directora de la Casa de Mujeres “Norma Nassif”, remarcó que en estos 10 años se impulsaron numerosas iniciativas y programas, aunque señaló que no lograron brindar respuestas concretas. Esa falta de efectividad -afirmó- se refleja en las elevadas cifras de femicidios y en la insuficiencia de servicios. “Ahora estamos mucho peor, porque Milei cerró todos los programas que había. Con los 13 programas en el Ministerio de las Mujeres había presupuesto para atender las dificultades que abordan a las mujeres que son víctimas de violencia”, cuestionó. Además, criticó la situación actual de la línea 144, un canal que en sus inicios fue clave para recibir denuncias y brindar asistencia a víctimas de violencia, pero que -aseguró- hoy está desmantelado.

Respecto del accionar del Poder Judicial, Disatnik valoró los avances en la emisión de sentencias por femicidio, destacando que, a diferencia de hace una década, hoy se logran condenas a prisión perpetua. “Con el apoyo de las organizaciones de mujeres y de la familia, es posible lograr sentencias más justas. Si los casos quedan cerrados entre las cuatro paredes de la sala y con jueces que no son muy probos, darán sentencias por tres años”, advirtió. Como ejemplo, mencionó el caso de Jessica Osores: “Ella estaba condenada porque se defendió de un asesino que casi la mata y logramos la absolución. Como esos casos hay varios, yo participé directamente y vi cómo juega la Justicia y los fiscales cuando hay un apoyo social, sino no pasa nada”, relató.