Una situación, imperceptible para la carrera en general que se dio en Barcelona pero relevante para los intereses de Franco Colapinto, se dio en la vuelta 17 del GP de España de F-1. Fue cuando el local Fernando Alonso entró a boxes a cambiar neumáticos en su Aston Martin y quedó último, saliendo detrás del bonaerense (con su Alpine) y de su compatriota Carlos Sainz (Williams). En apenas una vuelta, “Nano” los pasó a los dos e inició su remontada hasta terminar 9°, es decir, en zona de puntos. El bonaerense se quedó penando con su coche y unos neumáticos que le cayeron pésimo. Llegó al final 15°, sufriendo.
El destino de Colapinto en esta competencia se definió el sábado, cuando ocurrió una falla en la transmisión del auto que lo dejó tirado y sin chances de poder buscar una vuelta final que le podía dar el paso a la siguiente etapa de la qualy.
Que hay falta de potencia en el Alpine de Franco es cierto. Pero no es lo único que sufre: se nota una falla masiva, que le impide aspirar a estar más adelante. Es un coche al que hay que mejorar por todos lados. Pero también es cierto que a él le está faltando adaptación. Por otro lado, sus asistentes tendrán que pensar y repensar cómo lograr que el bonaerense saque mejor rédito de las clasificaciones, al fin y al cabo, instancia en la que se está “cocinando” hoy la cosecha de puntos al menos en la zona media de la grilla. Sino, miren cómo lograron resultados con el francés Pierre Gasly, 8° en Montmeló y sumando luego de una buena instancia clasificatoria. De todos modos, esto poco ayuda porque el team francés quedó ahora último en la tabla de Constructores, que domina MacLaren.
Hay otro indicio que indica cuánto el coche tiró para atrás las intenciones de Franco. En una comunicación por radio con su ingeniero de pista le manifestó lo preocupado que está por el rendimiento del bólido. Y Stuart Barlow le respondió: “No te disculpes con nosotros por eso. Tenemos trabajo que hacer aquí, pero está bien”.
Adelante, lejos de todos, el australiano Oscar Piastri y el británico Lando Norris hacen lo que quieren con sus McLaren. El nuevo 1-2 que logró el equipo no tiene objeciones. Y lo aleja aún más del resto. Las Ferrari (con el monegasco Charles Leclerc 3° y el británico Lewis Hamilton 6°), los Mercedes (sobre todo por el combativo británico George Russell, 4°) y el único Red Bull competitivo (el del neerlandés Max Verstappen), se ven como “plebeyos” ante el reino que proponen los coches color “papaya”. Párrafo aparte para Max: en Barcelona “perdió la cabeza” en las vueltas finales, generando un incidente con Russell que casi termina mal. Por ello, recibió una sanción que lo dejó 10°.
“Del viernes al sábado di un paso importante, es lo más positivo que me pasó en este fin de semana en Barcelona, y también que conozco más el auto”, dijo Colapinto. “En la final sufrí en las curvas lentas y en las rectas, el auto tenía vibraciones y se sentía el desgaste de las gomas delanteras. Perdía siempre en la aceleración, hay que entender por qué. También le está faltando ritmo”, agregó.
Su tortuosa carrera se resume en un buena largada, en la que ganó posiciones partiendo 18°, pero perdiéndolas casi de manera inmediata. Llegó a ubicarse 13° en la vuelta 11, aunque esto se dio por ingresos tempranos de rivales a los pits para cambiar neumáticos. A esa altura se notaba mucha paridad en la pista, aunque ya el calor y la degradación de los compuestos se hacía sentir. Colapinto entró a los pits en el giro 14 a su primer cambio de gomas medias y quedó último. En la vuelta 17 pasó lo ya relatado con Alonso y desde entonces vivió un calvario por los neumáticos que le cayeron mal al Alpine. Los cambió en el giro 41, cuando a esta altura estaba último y sin chances de nada.
La progresión de los tiempos de Franco fue dando cuenta de la falta de ritmo del Alpine, que estaba muy lejos del penúltimo ubicado. Hasta que se dio el ingreso del auto de seguridad, por el abandono del italiano Kimi Antonelli por rotura de motor de su Mercedes. Faltaban cinco/seis vueltas, hubo que entregar el resto. Y Franco lo hizo. Pasó a al Haas de Esteban Ocon y avanzó un puesto más en la tabla por la penalización de 10 segundos que sufrió Oliver Bearman por sacar ventaja al ir por afuera de la pista. Fue un mimo final que le dio la carrera.
En dos semanas un nuevo capítulo se abrirá para la F-1 con el Gran Premio de Canadá (del 13 al 15 de junio). Será la cuarta de las cinco carreras que en principio tiene confirmadas Colapinto en Alpine. Siguiendo los pedidos del italiano Flavio Briatore, jefe del equipo, hasta aquí el bonaerense está a medio camino: cumple con lo de no romper el auto (terminó 16° en Ímola, 13° en Mónaco y 15° en Barcelona), pero sólo va rápido cuando la máquina se lo permite. Y en el debe está no haber sumado puntos (condición que comparte con el brasileño Gabriel Bortoleto, de Sauber). ¿Qué expectativas tiene para la próxima fecha? “Llego mucho más cómodo a un circuito que no conozco. Ya conociendo el auto, es un pasito adelante”, opinó Franco. Y aunque él esté en positivo, por cómo se vinieron dando las cosas, salvo que haya un cambio radical en el Alpine su camino parece tener por delante más incomodidades que otra cosa.