La historia del loteo La Quebradita, en Tafí del Valle, se remonta a 1940, cuando el Gobierno provincial expropió 211 hectáreas de la estancia Las Tacanas, propiedad de Ángel Miguel Esteves. El objetivo era crear una nueva villa veraniega sobre la ruta provincial 307, en un contexto de impulso al turismo social y a la urbanización planificada en los valles.

El proyecto fue parte de una política estatal más amplia que también incluyó la creación de nuevas villas en Las Carreras, Ampimpa y Carapunco. La Quebradita fue elegida por su ubicación estratégica, a solo un kilómetro del casco urbano de Tafí, pero con mayor regularidad para el diseño urbano, acceso a agua potable y vistas privilegiadas. A diferencia de otras zonas como Las Carreras, que requerían obras costosas, La Quebradita ofrecía condiciones óptimas para el loteo inmediato.

Durante la gestión del gobernador Carlos Domínguez, se destinaron terrenos en La Quebradita a sindicatos y organizaciones como la Fotia y el Hogar del Empleado para colonias de vacaciones, promoviendo un modelo de turismo accesible para trabajadores. En 1950, se anunció el loteo y venta formal de las parcelas, acompañado de incentivos como exenciones impositivas, aunque con resultados limitados.

El arquitecto Carlos María della Paolera fue uno de los profesionales encargados del diseño urbanístico inicial. A partir de los años 60, el crecimiento del veraneo familiar en la zona consolidó a La Quebradita como un área clave en la expansión urbana de Tafí del Valle, acelerando su desarrollo y transformando el paisaje tradicional del valle.