Levantarse del piso sin usar las manos o mantener el equilibrio con un solo pie, son algunos de los desafíos que en redes sociales permiten probar si "estás envejeciendo bien". Si bien son curiosos, ¿realmente nos dicen algo significativo sobre nuestro proceso de envejecimiento? Los expertos indican que ante este fenómeno complejo se necesitan métodos caseros un poco más elaborado.
¿Querés una piel más joven? Esta fruta ayuda a retrasar el envejecimientoEl "envejecer bien" es un complejo que se compone de bienestar físico y psicológico. Desde Science Alert indicaron que este entramado incluye sentirse bien (bienestar hedónico) y encontrarle sentido y propósito a la vida (bienestar eudaimónico). Participar en actividades y monitorearnos a nosotros mismos juega un papel crucial en ambos aspectos. Sin embargo, este proceso es una mezcla intrincada de cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales, y ningún test sencillo puede capturar la imagen completa.
Pruebas físicas para entender el proceso
Una medida física a la que se le presta mucha atención es la velocidad al caminar. Un estudio famoso sugirió que las personas que caminan más rápido que 1,32 metros por segundo tienen menos probabilidades de morir en los siguientes tres años. Por otro lado, una velocidad más lenta, por debajo de 0,8 metros por segundo, podría indicar sarcopenia, una condición asociada con la reducción de masa muscular, fuerza y función física, indicadores clave del declive relacionado con la edad.
Aunque estas medidas son útiles, muchas requieren equipamiento especializado. Tu médico quizás no tenga un dinamómetro para medir la fuerza de agarre, pero sí podría cronometrar cuánto tardas en sentarte y levantarte de una silla cinco veces. Esta última es una prueba sencilla que puedes intentar en casa para tener una idea de tu función física.
Pruebas cognitivas que pueden evaluarte
Para entender verdaderamente cómo estás envejeciendo, es vital ir más allá de la salud física. La agudeza mental, la resiliencia emocional y la conexión social son igual de importantes. Evaluar tu aptitud cognitiva, que abarca habilidades como la atención, la memoria y la flexibilidad, es una excelente idea.
Los autores del artículo publicado en Science Alert, Marco Arkesteij y Alexander Nigel William Taylor, sugieren algunas pruebas cognitivas que puedes intentar en casa. Por ejemplo, el desafío de doble tarea: camina a tu velocidad normal mientras cuentas hacia atrás desde 100 de tres en tres. Si tu velocidad al caminar cambia significativamente, podría ser una señal de esfuerzo cognitivo. Otro ejemplo es el Stroop task, que desafía tu capacidad para ignorar información contradictoria, como decir el color de la tinta de una palabra en lugar de leer la palabra misma (ejemplo: decir "rojo" si la palabra "azul" está escrita en tinta roja).
Probar estos test está muy bien, pero ¿cómo saber si estás mejorando? Los expertos recomiendan completar las pruebas varias veces al principio y luego repetirlas una vez al mes aproximadamente. Las mejoras cognitivas pueden ser más lentas de notar que las físicas, así que los controles regulares ayudan a revelar el progreso con el tiempo.
El bienestar va más allá de las pruebas
No hay un único test o puntuación que pueda decirnos cuán bien estamos envejeciendo. Es más como un rompecabezas. La salud física, la agilidad mental, el equilibrio emocional y la conexión social son piezas que importan e interactúan entre sí. Y, por supuesto, hay cambios futuros que pueden estar fuera de nuestro control.
Al final del día, quizás la mejor señal de envejecer bien no sea qué tan rápido caminas o cuánto duras en una pierna, sino cómo te sientes con tu vida. Tampoco se trata de ganar una carrera contra el tiempo o sacar 10 en un examen de memoria. Consiste más bien en conocerte a vos mismo (tu cuerpo, tu mente, tus valores) y hacer pequeños cambios significativos que te ayuden a sentirte más vos.