En el diseño hay ideas que vuelan, y otras que bajan a la tierra. El concurso organizado por Avanco eligió quedarse con estas últimas: de las que se concretan y se construyen. Hoy a partir de las 10, en el hotel Sheraton de San Miguel de Tucumán, se entregarán los premios del primer Concurso de Arquitectura de Avanco, que reunió a 170 arquitectos convocados a proyectar una vivienda familiar en el country The Point en San Pablo. En el jurado hay dos figuras que sobresalen por su trayectoria internacional: Aníbal Bellomio, del estudio César Pelli, y Rodolfo Miani, socio fundador de BMA (Bodas, Miani, Anger). Ambos disertarán en una charla conjunta sobre nuevas tendencias arquitectónicas.

Miani habló con LA GACETA, y no ahorró elogios: “Tucumán tiene una arquitectura potente, con mucha personalidad. Hay una cultura del clima, de los materiales, de la forma de vivir, que genera una identidad urbana muy valiosa”.

Desde su estudio en Buenos Aires -uno de los más importantes del país, con oficinas también en Santiago de Chile, Perú y Estados Unidos-Miani reflexionó sobre el sentido de este tipo de convocatorias: “Lo primero que me llamó la atención del concurso fue que no se premiaba una idea abstracta. Se va a construir. Y eso es clave. La arquitectura cobra sentido cuando se realiza. No queda sólo en papel”, afirma. Y agrega: “Además, hay un usuario real. Una familia que vivirá ahí”.

Se entregan los Premios Avanco a la Arquitectura, con la presencia de dos arquitectos de prestigio internacional

Arquitectura local

“Tucumán tiene una arquitectura potente, con mucha personalidad”, afirma. “Hay una memoria urbana que se construye con sombras, con pérgolas, con vegetación que se incorpora a la casa. Los materiales, los colores, las formas de vivir… todo eso genera identidad. Cuando uno llega y dice ‘me siento como en casa’, eso es arquitectura que escuchó su entorno”. Con casi tres décadas de trayectoria, BMA es hoy uno de los estudios más grandes del país. “Empezamos jóvenes, a los 24 años. Nuestro primer gran proyecto fue el Solar de la Abadía en el barrio de Belgrano, que es un centro comercial. Eso nos abrió muchas puertas”, cuenta. Desde entonces diseñaron obras icónicas: los aeropuertos de Buenos Aires, la torre BBVA y Aston Martin Residences: un edificio de lujo en Miami, entre otros. “El proyecto de Aston Martin fue muy interesante: trabajamos junto con los diseñadores de autos para fusionar lenguajes. Hoy el diseño es interdisciplinario. Y eso se ve también en los edificios: trabajamos con marcas como Sofitel o Dolce & Gabbana en proyectos en los que arquitectura, arte y marca se integran”.

Un servicio

Miani insiste en que su estudio no trabaja desde el ego ni desde la idea de “dejar un legado”. “No hacemos esculturas. Prestamos servicios. Somos una empresa de diseño urbano que resuelve problemas complejos: aeropuertos, bancos, estaciones de tren. La clave es el trabajo en equipo y el enfoque de servicio”. Esa misma mirada lo llevó a aceptar la invitación del concurso: “Conozco Tucumán. Hicimos obras ahí: el casino, oficinas en Yerba Buena, como ser Alter Point. Esta vez me convocaron para un concurso que pone la arquitectura desde el inicio del desarrollo. Me parece una oportunidad valiosa para colaborar con una familia desarrolladora como los Rojkés, que tienen una gran visión”.

Medio ambiente: sin políticas no alcanza

En el discurso de Rodolfo Miani no hay lugar para eufemismos ni para frases hechas cuando se habla de arquitectura sustentable. “Hay un mundo real y un mundo ficticio”, afirma con claridad. “El real es el que exige que uno actúe con responsabilidad para proteger el planeta. El ficticio es el que se queda en la superficie, repitiendo que hay que cuidar el medioambiente sin asumir el costo de hacerlo”.

Premios Avanco a la Arquitectura. Una convocatoria de alta jerarquía que reconoce el talento tucumano

Para el arquitecto y socio del estudio BMA, la sustentabilidad necesita algo más que voluntad: necesita estructura, decisión política y marcos de incentivo. “Ningún inversor, ni en Argentina ni en ninguna parte del mundo, va a asumir un 10 o 12 por ciento más en los costos de construcción si no tiene una ventaja concreta a cambio. En Estados Unidos, por ejemplo, si hacés un edificio sustentable, tenés beneficios fiscales. Eso cambia todo. Eso hace que el desarrollo sustentable sea viable”, explica. Y subraya una idea fundamental: las políticas públicas no deben quedarse en el enunciado. “Si no hay leyes, reglamentos, beneficios o exigencias reales, la sustentabilidad queda en otro plano. Todos decimos estar preocupados por el ambiente, pero a la hora de actuar, si no hay un incentivo o una exigencia, no pasa nada”.

Desde su experiencia en proyectos internacionales, Miani sostiene que el Estado tiene un rol ineludible: “Tiene que empezar por sus propias obras. Aplicar criterios sustentables en lo que construye. Pero también crear condiciones para que los privados puedan hacerlo. Sin premios ni castigos, sin reglas claras, no hay posibilidad de cambio”.

El mensaje es directo: la sustentabilidad no puede ser solo una moda ni una etiqueta. “No alcanza con decir ‘yo me porto bien’. Hay que hacerlo económicamente viable. No se puede depender únicamente de la buena voluntad del sector privado. Tiene que haber una política de fondo que haga que cuidar el planeta también sea parte del sistema económico”, concluye.

Ciudades flexibles: la arquitectura ya cambió

Para Miani, los desafíos de la arquitectura contemporánea no están en el futuro: ya están ocurriendo. “Hoy las personas necesitan que los espacios se adapten a distintas funciones, que puedan cambiar rápido. Y eso tiene que reflejarse en cómo se proyectan las viviendas, las oficinas y las ciudades”, afirma. No se trata solo de estética ni de confort, sino de responder a un nuevo modo de vivir.

El arquitecto explica que la pandemia marcó un punto de inflexión. “Antes, la mayoría no trabajaba en casa. Ahora sí. Entonces los espacios tienen que poder transformarse”. Esa es, para él, la clave del futuro inmediato: flexibilidad con diseño inteligente.

Pero no solo se trata de puertas adentro. Miani plantea también un cambio en la escala urbana. “Después del Covid, muchas personas se alejaron de los centros. Hubo un vaciamiento. Y ahora el reto es cómo volver a hacer atractiva la vida urbana. ¿Cómo lograr que la gente regrese a vivir en el centro de las ciudades?”

Según su visión, eso solo es posible si se incorporan usos mixtos. “No se puede pensar el centro únicamente como un lugar de oficinas, bancos o instituciones. Tiene que volver a ser un espacio para vivir, para circular, para compartir. Las ciudades tienen que repensarse. Y ahí es donde los arquitectos podemos hacer un gran aporte ayudando a los municipios y las políticas urbanas”.

En ese sentido, Miani insiste en que la arquitectura debe dejar de verse como una disciplina estática. “El mundo es veloz. Las decisiones se toman por teléfono. La vida cambia en meses. La arquitectura tiene que estar a la altura de esa velocidad, pero sin perder calidad. Y para eso hace falta diseño, planificación y una mirada abierta. Las ciudades deben ser cada vez más flexibles, humanas y habitables”.

Aníbal Bellomio: Visión, técnica, legado, global

Arquitecto tucumano, graduado de la Universidad Nacional de Tucumán, Aníbal Bellomio es socio principal del estudio Pelli Clarke & Partners, con sede en New Haven, Connecticut. Su formación en la UNT le brindó una sólida base técnica y una sensibilidad hacia la arquitectura con identidad local. Además de su labor profesional, Bellomio es docente en la Escuela de Arquitectura de Yale, donde fomenta el pensamiento crítico y la interdisciplinariedad en el diseño arquitectónico.

Rodolfo Miani: diseño, servicio, identidad, escala

Arquitecto argentino y socio fundador del estudio BMA (Bodas, Miani, Anger), Rodolfo Miani lidera uno de los estudios más influyentes de América Latina. Se especializa en arquitectura de usos mixtos y diseño urbano. Miani concibe la arquitectura como un servicio que combina arte, técnica y comprensión del contexto social y cultural.

Premios: talento, obra, impacto, futuro

El Concurso de Arquitectura organizado por Avanco en 2025 premiará con 10.000 dólares al proyecto ganador, que además será construido por la desarrolladora. Junto a los reconocidos arquitectos  Miani y Bellomio, integran el jurado la arquitecta Patricia Rodríguez Anido (FAU-UNT), el arquitecto Fernando Venditti (FAU-UNT) y el ingeniero Rubén Rojkés, CEO de Avanco.