Las relaciones entre ciencia, arte y tecnología vienen siendo estudiadas desde hace décadas, pero también expuestas, como en “Continuo del río”, una muestra de María Celina Reynaga, Juliana Estrada y Carmen Ulivarri que se inaugurará esta noche a las 20 en el MUNT, en San Martín 1.545.

Se trata de una propuesta transdisciplinar que articula lenguajes distintos, organizada por la Secretaría de Ciencia, Arte e Innovación Tecnológica de la UNT, con motivo del Mes de la Ciencia, una iniciativa que sin dudas, despertará no solo el interés científico; porque apunta fundamentalmente al cuidado del medio ambiente.

“Darnos un tiempo junto al agua sus seres y las plantas, como un remanso para el juego, la observación y la reflexión.
Así como el agua que salta entre las piedras” propone Estrada en una invitación.

COLLAGE. En la primera sala, da cuenta de ilustraciones botánicas.

El río está presente en todo momento, en los textos, pero también se lo menciona todo el tiempo, porque es como el soporte de todos los seres estos que lo habitan. Una instalación con cuatro grandes lupas permiten ver especies en estado larvario.

Tejido fluido

“El propósito es reflexionar sobre la interrelación entre la cultura y la naturaleza. Concebimos al río como un organismo vivo complejo, sujeto/naturaleza que co-crea su entorno y buscamos generar sensibilización sobre las múltiples dimensiones de su existencia. El río es como un tejido fluido y eterno, donde cada gota de agua dibuja la historia a lo largo del tiempo y el espacio. Sus corrientes son trazos de vida que se entrelazan y se desvanecen, creando una obra en constante evolución. En ese continuo de espacio y tiempo, el río nos invita a adentrarnos en su flujo y a contemplar la complejidad de la existencia en movimiento” se puede leer en el texto central de la muestra.

TRABAJOS SONOROS. En las cestas se pueden escuchar grabaciones.

Ilustración botánica

En las distintas salas se recorren trabajos de ilustración botánica y estaciones interactivas entretejidas con fibras naturales, plantas de ribera, para conectarse con los ecosistemas de los arroyos y ríos que entrelazan la biología con lo gráfico. También hay fotografías de ranas; y dos paisajes sonoros grabados en la yunga (también son utilizados por los científicos para medir la calidad ambiental).

Plantas

En la primera sala se encuentran ilustraciones de briófitas (un tipo de plantas que se activan, e ingresan en un proceso de revivicencia cuando el agua las toca): “entonces son las primeras como que en los bosques, es la selva”, describe Estrada.

Hay otras estaciones que tienen un contexto dado por la cestería. “Son interactivas porque hay una parte donde hay un frotage que vos frotás y aparecen los insectos acuáticos que dan cuenta de la calidad del agua en los ríos de montaña, por ejemplo”, agrega la artista.

Acuarelas, pinturas, grandes dibujos construyen collages; fotografías de ranas dan cuenta de la puesta en relación del arte, la ciencia y la tecnología.

EN EL ROUGÉS. Intervención fotográfica de Milagros Albornoz.

El río va a estar representado a nivel gráfico en las paredes, efectuado con un vinilo que recorre la muestra, como una línea que va siguiendo la muestra y formando un río. A lo largo de toda la muestra así aparece el río a nivel visual.

También hay un video sobre el trabajo que se hace en el IBN con ICET y sobre el trabajo de divulgación científica que hacen con escuelas de alta montaña; el video cuenta un poco ese proceso.

Fotografías

También esta noche a las 20 se inaugurará en el Centro Cultural Rougés (Laprida 31) una instalación de Milagros Albornoz “Retratos de una ausencia”.

La artista sobre algunas fotografías incorpora personajes familiares y paisajes de Villa Luján, como su Iglesia, a través de la pintura. Interesa tener en cuenta este proceso para denominar que se tratan de fotografías intervenidas.

Pero además, porque interesa observar que el conjunto de ellas está montado como una instalación en la pequeña sala del primer piso. “’Retratos de una ausencia’ se propone un diálogo imposible entre pasado y presente, poniendo el foco en la ausencia y la melancolía que, en ocasiones, conlleva la pérdida. La artista convoca al recuerdo en cada disparo fotográfico. La serie de ocho imágenes desata emociones e impacta de tal manera que nos identificamos con ellas. Asimismo, los personajes que por ellas circulan cristalizan la pérdida de un momento vivido; simbolizan la ausencia y la desolación”, se indica en el texto de sala. “Recordar consiste en trasladar hechos de nuestra memoria pasada al presente. Instalados en el hoy, buscamos atesorar esos lugares o espacios de la infancia colmados de recuerdos. El acto de rememorar, entonces, se parece al de observar fotos viejas de un lugar y buscar que coincida con el presente: el desgaste del paso del tiempo se vuelve inevitable”.

Vale pensar que el término recordar proviene del latín, “ri-cordis”, que significa “volver a pasar por el corazón”.