Los carpinchos o capibaras son roedores que se apropiaron de múltiples espacios cobrando cada vez más popularidad. Reaparecieron con fuerza en Nordelta, zona de la Ciudad de Buenos Aires, durante la pandemia en un contexto dotado de un aire de venganza: los animales estuvieron allí antes de la urbanización de las elites en ese barrio, y fueron desplazados con la llegada de las personas.

Tuvieron una cita, chocaron, ella necesita operarse y él la bloqueó de las redes sociales

La invasión de carpinchos en Nordelta fue furor en redes sociales argentinas, pero escaló tanto que llegó al medio estadounidense The New York Times. El artículo que publicó el diario norteamericano se tituló "Una ciudad dice que sí, que se pueden tener demasiados capibaras" y en él hablan de la peculiar situación en los "suburbios ricos de Buenos Aires".

¿Qué dice el articulo del New York Times sobre los carpinchos en Nordelta?

“Nordelta, un barrio privado habitado por las personas más ricas de Argentina, le declaró la guerra a los capibaras que pasean por sus jardines y estanques”, agregó la nota de The New York Times versión español. El texto esta basado en la investigación de Jack Nicas, desde Argentina. En ella se detalla que, en los últimos dos años, los biólogos estiman que la población de carpinchos de Nordelta se triplicó y que actualmente son alrededor de 1.000 los ejemplares que rondan la zona.

De acuerdo a los testimonios recogidos por el periodista, la mayoría de los residentes consideró a los roedores como “bonitos”, pero, a su vez, hablaron de que “provocan accidentes de tráfico, se abren paso a mordiscos por los jardines y, en ocasiones, atacaron a algunos de los perros más pequeños de la comunidad”. 

Esterilización de los carpinchos en Nordelta

La tensión entre naturaleza y urbanización, entre símbolo y animal real, es la que retoma el artículo del New York Times, que se detiene en el caso de Nordelta para contar una historia más amplia: la del modo en que las ciudades modernas lidian con lo silvestre. La nota se explayó sobre el programa de vacunas anticonceptivas que se está aplicando en el barrio para controlar la población de esos animales y detalla cómo viven los habitantes de la zona. 

Algunos de los vecinos encararon una enraizada lucha para evitar ese tipo de control, resaltó el periodista. “Creo que a esta altura que sean adorables es una estrategia de la misma especie para sobrevivir”, dijo Silvia Soto, la vecina más enfática. En febrero, destacó la nota, la organización de Nordelta comunicó a los residentes en un correo electrónico que seguía adelante con un “plan de vacunación con efecto anticonceptivo”, aprobado por el gobierno local, para esterilizar a 250 capibaras adultos.